Las Vegas, Nevada. Ricardo Mayorga jamás ha sido conocido por su disciplina, tanto en su vida personal como en la deportiva.

Sin embargo, el púgil nicaragüense recalcó que durante su entrenamiento para enfrentar al puertorriqueño Miguel Cotto, se mantuvo alejado de aquellos vicios que, según él, fueron los causantes de algunas de sus derrotas.

“De mis 39 peleas, solamente cinco veces he entrenado con el corazón. La primera fue para Andrew Lewis, una pelea que terminó por un cabezazo accidental. Luego, para la segunda con Lewis y para mis dos contra Vernon Forrest. Para las demás, me dediqué a fumar, a beber y, con el perdón de las mujeres, a tener relaciones sexuales hasta el mismo día de la pelea”, compartió Mayorga al quitarse la camisa para enseñar su físico durante un encuentro con los periodistas.

“Pero para Cotto, he entrenado con el corazón”, añadió.

Todo un personaje

A lo largo de su extensa carrera, Mayorga ha sido un personaje controversial que solía encender un cigarrillo al concluir cada una de sus peleas y hasta tomarse una cerveza. No obstante, entiende que ese estilo de vida le pasó factura en sus peleas más importantes.

“Muchos recordarán que antes de mi pelea contra Félix Trinidad, en Nicaragua fui acusado injustamente por violación y eso me dejó 21 días para entrenar adecuadamente. A Oscar de la Hoya no lo tomé en serio y entrené por sólo 27 días. ¿Quién puede ganar una pelea así? Pero, a De la Hoya no lo tomé en serio, me creía un supermán que podía ganar sin entrenar bien, pero para Cotto, he trabajado como nunca durante los pasados tres meses”, recordó Mayorga, retador al cetro superwélter (154 libras) de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

El púgil nica apuntó que esas experiencias le han servido en esta etapa de su vida donde persigue una pelea millonaria contra el filipino Manny Pacquiao.

“El hombre puede aprender de su pasado. Ya no se puede hacer nada al respecto, pero sí del presente y les aseguro que Puerto Rico estará de luto la noche del sábado cuando acabe con Cotto. Desde que suene la campana en el primer asalto, le voy a caer encima. No soy el tipo de boxeador que necesita estudiar, lo mío es castigar y cuidado que no noquee a Cotto en el primer asalto. Por lo menos, lo voy a mandar a su esquina bien machucado”, insistió.