Dallas, Texas. De entrada a su pelea de hoy, muchos tenían dudas sobre la capacidad del boricua “Juanma” López para bajar una vez más de peso para pelear en las 126 libras.

A todos se les pasó considerar una similar preocupación con Mikey García. Y tamaña fue la sorpresa que se llevaron ayer cuando ambos peleadores se dieron cita para el pesaje del combate.

García falló en dar el peso mínimo de las 126 libras al fijar la báscula en 128, perdiendo así la correa de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) que debía defender hoy ante López y por primera vez en su carrera. Así las cosas ahora el boricua es el único facultado para salir esta noche como campeón si logra ganar el combate en el American Airlines Center en Dallas.

En la tarde de ayer, López detuvo la romana en 125.25 libras, mientras que el ahora ex campeón pluma marcó dos libras por arriba del peso reglamentario en su primera y única visita a la pesa.

Las largas horas de entrenamiento y sacrificios valieron la pena para López, quien podría convertirse en monarca de la división por segunda ocasión.

“En nada me frustra que Mikey no haya hecho el peso. Siempre pensé que él tenía problemas con el peso. ¿Por qué dijo que estaba dispuesto a pelear conmigo hasta en 130 libras? Imaginé que por ser más alto tenía esos problemas y lo demostró”, reaccionó López (33-2, 30 KO) después del pesaje.

García fue llamado primero a la báscula y, enseguida, en su rostro se reflejó un grado de preocupación cuando se anunció que había marcado dos libras por encima del límite. Luego, López pisó la balanza e hizo 125.25 libras.

Después de mirarse por unos breves segundos cara a cara, García abandonó el vestíbulo del coliseo a toda prisa.

López simpatizó, hasta cierto punto, con el proceso por el que atravesó García.

“Para mi pelea (en 122 libras) contra Rogers Mtagwa, estaba bien afectado. Desconozco cuánto esté García debido a que peleó en enero pasado, pero puede reflejarse en la pelea, aunque no me quiero dejar llevar por eso. Me voy a concentrar en ganar”, insistió.

El reglamento de la Comisión Atlética de Texas estipula que el peleador tiene hasta un máximo de dos horas para un segundo intento en la báscula. No obstante, García jamás regresó.

“Así llegamos, no se pudo hacer más. No puede hacer algo que le dañe la salud. Si no se pudo, no se pudo”, dijo un resignado Eduardo García, padre y entrenador del púgil.

“En otras peleas también habíamos tenido problemas, pero en esta se complicaron más y no se puede hacer nada. Intentó bajar, pero el cuerpo ya no responde”, agregó.

García sostuvo que no le preocupaba tener que sacrificar el cetro y una porción del dinero por causa de la falla.

“Lo mejor es que nos olvidemos del título y nos vayamos a las 130 libras. El dinero va a y viene, no tenemos que pensar tanto en el dinero si no en más en la salud”, explicó.

Consideraron cancelar la pelea

Tras la sorpresa en el pesaje, el combate en el que López se juega su posible retorno a los altos planos del boxeo estuvo muy cerca de ser cancelado.

No obstante, después de una serie de negociaciones en las que los representantes de López insistieron en que el boricua recibiera una porción de la paga destinada para García, llegaron a los acuerdos para que la pelea se mantuviera activa.

De esa forma, López intentará recuperar el cetro que ostento ya en una ocasión y que perdió ante Orlando Salido, quien a su vez cedió posteriormente ante García.

El pleito entre el mexicano Alejandro Sanabria (34-1-1, 25 KO) y Terence Crawford (20-0, 15 KO) abrirá la transmisión de HBO a las 10:45 p.m.

Asimismo, el cagüeño John Karl Sosa pesó 142.5 libras, mientras que su rival Ramón Alejandro Peña detuvo la báscula en 141.25.

Cena de campeón

Después de escoger los guantes que utilizará en el combate, López se trasladó hasta un restaurante en el corazón de Dallas donde ordenó un filete acompañado de papas majadas y un bizcocho de chocolate con mantecado de vainilla.

“Espero subir entre 12 y 14 libras para el momento de la pelea. Es mi meta. La preparación y tener a mis hijos conmigo es lo que me ha tenido de buen ánimo. En mi vida he pasado por muchas cosas que no supe sobre llevar en el momento, pero ahora sí. Vivo tranquilo, sin importar lo que la gente diga y me siento feliz”, concluyó López entre cucharazos.