Así ha sido desde que inició su carrera en el boxeo en el 2013 y, por el momento, no tiene intenciones de cambiar. El próximo 8 de abril, Lomachenko medirá fuerzas con Jason “Canito” Sosa en una pelea titular en las 130 libras. Una victoria consolidaría su posición como uno de los mejores púgiles de la división júnior ligera.

 “Me alegra que estaré peleando contra alguien de calibre de Jason. Los demás campeones salieron corriendo y no tenían interés en pelear conmigo”, dijo Lomachenko ayer durante una conferencia telefónica para anunciar formalmente el combate que tendrá como escenario el MGM National Harbor, en Oxon Hill, Maryland.

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Aunque Lomachenko ha continuamente escalado posiciones en la lista de los mejores libra por libra del mundo, esa no es su prioridad por el momento.

“Cuando me miro al espejo, no pienso en la lista. Simplemente me afeito y me arreglo el cabello, pero no le doy mucho pensamiento a esas cosas. Si me preguntan si algún día seré el número uno, para eso primer tengo que ganarle a varios campeones más, tal vez en las 135 libras”, sostuvo Lomachenko, quien ha ganado cetros en las 126 y 130 libras.