Félix “Tito” Trinidad no solamente fue un campeón mundial dentro del ring. También fue –y muchas dirán que aún es— el rey indiscutible en los corazones de los puertorriqueños.

Su carisma, su personalidad y las causas que adoptó calaron hondo en el corazón de un país inmerso en profundos problemas socioeconómicos y sendiento de tener ídolos y buenos ejemplos a seguir.

Con eso en mente, Trinidad asumió sin tapujos un rol protagónico de proyectar mensajes con un toque de consciencia social.

A continuación, algunas de las causas que Trinidad adoptó durante su carrera y luego en el retiro, algunas de ellas llevadas a ser conocidas en el mundo entero al anunciarlas en sus grandes combates:

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La búsqueda de Rolandito:

En el 2000, Tito anunció al mundo el caso de la desaparición del niño Rolandito al acudir a todas las conferencias de prensa y, además, subir al ring con una camisa con el rostro del niño para el combate contra Mamadou Thiam en Miami.

Paz para Vieques:

La lucha por la salida de la marina estadounidense de la Isla Nena estaba en pleno apogeo. Políticos, artistas, atletas y el pueblo en general estaban unido por el bienestar de los ciudadanos de Vieques que habían soportado décadas de contaminación por parte de las fuerzas armadas. Trinidad aprovechó el escenario de su combate contra Oscar de la Hoya para proyectar un claro mensaje de que apoyaba la causa.


Visitó a víctimas y rescatadores del ataque terrorista del 9/11:

Durante incidente que alteró el mundo, la destrucción de las Torres Gemelas por unos terroristas, Trinidad permaneció en Nueva York  y repartió comida en los esfuerzos de rescate. Para el combate contra Bernard Hopkins, subió al ring vestido de Policía.


Apoyó a Wilfred Benítez:

Mientras brigadas de voluntarios trabajando día y noche en la remodelación de la residencia de Benítez, Trinidad se presentó para no solamente ofrecer su apoyo, sino también llevó un árbol de Navidad adornado para que fuera colocado dentro del hogar.


Animó a Francheska Duarte:

Visitó a la joven que perdió ambas piernas luego que la atropellaran para ofrecerle su apoyo. Además, organizó una actividad gallística para recaudar fondos para los gastos médicos.


Sueño de Navidad:

Tito ha sido colaborador del Sueño de Navidad de El Nuevo Día. En el 2009, se convirtió en uno de los ángeles de Janlean Meléndez y Javier López, en Barranquitas.


Seguidor de otros deportes:

El otrora campeón mundial siempre ha frecuentado eventos deportivos que no tienen que ver con boxeo necesariamente. Por ejemplo, en durante el Clásico Mundial de Béisbol celebrado en San Juan el 15 de marzo de 2006, Trinidad aceptó posar junto con el equipo cubano, que esa misma noche venció a la novena de Puerto Rico para adelantar a la fase final del torneo.

Mensajero de la juventud:

Trinidad siempre le ha gustado enviar mensajes de superación a la juventud del país. Desde pequeños hasta universitarios, el mimado de Cupey siempre buscar motivar a quienes lo admira por su gran trayectoria en el boxeo rentado. 

Siempre da la mano:

No importa dónde o para quién, si es para ayudar al próximo, Trinidad siempre ha tenido un “sí” como respuesta. Tal y como sucedió en diciembre de 2002 cuando compartió con deambulantes del centro comunal del Residencial Manuel A. Pérez. 

Apoyo a  buenas causas:

Hasta en iniciativas de otros Tito dice presente. Así ocurrió en la caminata pro pacientes de cáncer que ha establecido como tradición Raymond Arrieta. Trinidad acompañó a Arrieta durante la caminata del 2013 durante el trayecto de Toa Baja hacia Guaynabo. 

Hasta con las mascotas:

Como baloncelista no fue igual de bueno como boxeador, pero por una buena causa, Trinidad hace lo que sea. En octubre de 2011, se unió al partido benéfico de baloncesto que hizo Roselyn Sánchez para beneficio de la fundación Pets SOS que dirige la actriz. 

Ayuda a otros grandes:

Durante la reconstrucción de la casa del excampeón Wilfredo Benítez en diciembre de 2012, Trinidad ayudó en la gran causa. Trinidad, incluso, aportó un árbol de navidad  para que fuera puesto en la sala de la casa de Benítez. 


Otras:

Trinidad visita continuamente escuelas y se une a causas benéficas que no siempre son anunciadas.

(En esta historia colaboró Marcos Mejías Ortiz)