Por fin, el combate más esperado en los últimos años va a hacerse realidad rompiendo récords económicos en todos los departamentos. 

El estadounidense Floyd Mayweather, invicto supercampeón wélter (147 libras) del CMB y la AMB,  y el zurdo filipino Manny Pacquiao, titular OMB de ese mismo peso,  arribarán sin duda alguna a su cita algo pasados de sus respectivos mejores momentos dentro del cuadrilátero, pero han maximizado sus bolsas con el retraso de varios años para hacerla realidad. 

Varias cosas hay que establecer camino a analizar las posibilidades de victoria de cada uno. Mayweather (47-0, 26 KO), aunque más “viejo” cronológicamente a sus 38 años, está mucho menos golpeado que Pacquiao (57-5-2, 38 KO) a sus 36, y ha bajado menos en su rendimiento durante los años que ha ido cocinándose este pleito. 

En otras palabras, es más joven boxísticamente hablando a pesar de depender más que este último de las cualidades que primero abandonan a un púgil con el paso de los años, entiéndase velocidad y reflejos. 

Con cómodas ventajas en alcance (5’8” vs. 5’6½”) y estatura (72” vs. 68”), Mayweather ya ha enfrentado durante su carrera púgiles con características similares a las del filipino, pero creo que no podemos decir lo mismo a la inversa. 

Mayweather, además de su privilegiada velocidad, técnica y habilidad defensiva, es el rey de la maña dentro del ring. Aun sin podérsele señalar como un boxeador sucio, el repertorio del norteamericano, tanto ofensivo como defensivo,  está repleto de tácticas que bordean, cuando menos, en lo cuestionable y que son terriblemente efectivas. Hombros, antebrazos y codos son usados como escudo y como instrumentos de golpeo, muchas veces con sólo ponerlos en la trayectoria del contrincante para provocar que éste o sus golpes se estrellen contra estas partes de su anatomía. 

En este sentido, Mayweather es completamente diferente a cualquier otro rival que haya enfrentado anteriormente Pacquiao. Muy posiblemente, Pacquiao tirará muchos más golpes en este combate que Mayweather, pero este último será más efectivo y debe conectar muchos más que el filipino. En próximas columnas, continuaremos nuestro análisis.