¿Renunció o lo “renunciaron”? ¿Qué pasó tras bastidores entre el 13 de junio, cuando José “Toto” Peñagarícano asistió como “espectador” a una cartelera promovida por Promociones Miguel Cotto, entre otras empresas, y el 18, fecha de su carta de renuncia? 

Llaman poderosamente la atención que la aceptas en efectiva el día que la entregó, 29 de junio, en lugar del 31 de diciembre, como pretendía Peñagarícano, y el pedido de confidencialidad de este a Ramón Orta, secretario del DRD. 

¿Por qué la aceptación acelerada, si no le habían pedido la renuncia, y por qué la petición de confidencialidad? ¿O le habían dado la alternativa de renunciar o ser despedido, y él pretendía estirar su término? 

Si  Orta le dijo en entrevista al compañero Fernando Ribas, de El Nuevo Día, que la presencia de Peñagarícano en dicha cartelera había sido una “imprudencia”, ¿como califica el hecho de que los otros tres comisionados allí presentes y en funciones oficiales, casualmente los otros tres miembros del combo de los “enérgicamente censurados” ,  consintiesen  su presencia en la zona técnica a sabiendas de las prohibiciones de Hiram Morales Lugo refrendadas por usted? ¿Alguno se opuso? 

Y no solo saben los comisionados Dommys Delgado, Daniel Cabán y Miguel Ortega, quien fungía como comisionado de turno, de las prohibiciones por tener copia del informe, sino también porque la prohibición a Peñagarícano de estar relacionado directa o indirectamente con cualquier cosa que tenga que ver con Promociones Miguel Cotto es citada ad verbatim en las cartas de “enérgica censura” recibidas por cada uno.  

¿Creyeron en manada lo de “espectador” como creyeron la corrección del 9-7? ¿A quién deben ellos su lealtad primera, a  Orta o a Peñagarícano?

Los malamañosos siempre buscarán darle la vuelta a la cosa a base de subterfugios y malabarismos leguleyos para salirse con la suya y burlarse del sistema en lugar de cumplir estrictamente con lo que se les ha ordenado. Aquí parece que tenemos un ejemplo más. Tal vez llegó la hora, Orta, de sencillamente limpiar la casa por completo y no solamente la fachada.