El combate entre el zurdo filipino Manny “Pacman” Pacquiao, titular wélter (147 lbs) de la OMB, y el estadounidense Chris Algieri, invicto monarca júnior wélter (140 lbs) de ese mismo organismo, me parece uno marcadamente desnivelado a favor del primero.

Las grandes diferencias en experiencia, calidad de oposición, pegada, velocidad y desplazamiento a favor de Pacquiao (56-5-2, 38 KO), aun con el lógico bajón que ha tenido de sus mejores tiempos para acá, deben resultar demasiado para Algieri (20-0, 8 KO), quien solo goza de ventajas en los departamentos de edad (30 años vs. 35), alcance (72” vs. 67”) y estatura (5’10” vs. 5’6½”).

El norteamericano estará dando un mayúsculo salto en calidad de oposición, teniendo como único rival de renombre al ruso Ruslan Provodnikov, a quien venció vía una controvertible decisión divida en su pelea más reciente, celebrada el pasado 14 de junio, no sin antes caer dos veces en el primer asalto.

El estadounidense  dependerá de hacer uso inteligente de su jab, recto de derecha y juego de piernas para negarle el paso al combate en corto al filipino, pero este será un trabajo que debe resultar efectivo solo por algún tiempo. No debe pasar mucho tiempo en que Pacquiao logre cortar el paso y penetrar la guardia de su rival, cada vez con mayor facilidad, para realizar el trabajo de demolición al cuerpo de este.

El boxeo en ángulos y la capacidad del filipino de lanzar golpes desde posiciones inusuales deben ser determinantes en el desarrollo de la pelea.

Los estilos hacen las peleas y, exceptuando un madrugón, Algieri puede hacérsele difícil e incómodo por momentos.

El estadounidense tiene que hacer todo lo posible para evitar caer de espaldas a las sogas o esquinas, y mantener la pelea alrededor del centro del cuadrilátero.

Su poca pegada, unida al hecho de que está subiendo de peso para este compromiso, presagia que Pacquiao tendrá muy pocos problemas para asimilarle las manos. Solo las posibles complicaciones estilísticas pudieran abrirle paso a una victoria de Algieri, pero esto luce altamente improbable.

Aun en el extrañísimo caso de que veamos a Pacquiao haciendo la peor pelea de su carrera y Algieri haciendo la mejor de la suya, tal vez no haya todavía margen suficiente para una victoria del segundo.

Este pareo parece ser el clásico juego del gato y el ratón, el que usualmente dura el tiempo que el gato quiere.