Los invictos boricuas José “Sniper” Pedraza, flamante titular júnior ligero (130 lbs) de la FIB, y Félix “Diamante” Verdejo, monarca OMB Latino del peso ligero (135 lbs), dieron cátedra de buen boxeo, clase y cría este pasado sábado, cuando derrotaron en abiertas decisiones unánimes al ruso Andrey Klimov y el texano de ascendencia mexicana Iván “Bam Bam” Nájera, respectivamente. 

Aunque los púgiles puertorriqueños eran superiores en técnica, contragolpeo, pegada, velocidad y desplazamiento a sus rivales, tuvieron frente a sí peleadores voluntariosos, que para su crédito, aunque más limitados técnicamente y de relativa escasa pegada, vinieron en plan de ganar y no en el de ser meras víctimas. 

Pedraza (20-0, 12 KO) demostró que está listo hace rato para enfrentar los mejores de esa división. El cidreño usó un impresionante repertorio ofensivo, con precisos rectos, ganchos y uppers con ambas manos que evidenciaron el porqué y lo apropiado de su sobrenombre. Klimov (19-2, 9 KO) fue abrumado por el tren de pelea del boricua y la precisión de su golpeo. 

Indiscutiblemente, Verdejo (18-0, 13 KO) aprendió más en esta pelea que en sus diecisiete presentaciones profesionales previas y, más allá de eso, probó muchas cosas y contestó muchas interrogantes en cuanto a su asimilación, recuperación y pantalones, aspectos que nunca antes en su carrera habían sido puesto a prueba dentro del cuadrilátero. 

Aunque técnicamente rudimentario, Nájera (16-1, 8 KO) presionó la acción y conectó a Verdejo golpes que nunca antes le habíamos visto recibir. Nunca hemos dudado de sus privilegiados atributos, pero sí hemos criticado la selección de oponentes demasiados fáciles. Por fin, este lo obligó a resolver problemas, hacer ajustes sobre la marcha y sacar lo mejor de sí  para obtener la victoria, algo que no habíamos visto previamente en ninguna de sus peleas anteriores. 

Ahora sí puede decirse que Verdejo comienza a probarse. En fin, una noche que sirvió para, además de para demostrar la calidad de Pedraza y Verdejo ante rivales de mayor nivel a los previamente enfrentados en sus carreras, dejar una ventana abierta a noches más brillantes aun en sus respectivos futuros.