Continuando el análisis del combate entre Román ‘Rocky” Martínez, monarca junior ligero (130 lbs) de la OMB, y Miguel Ángel “Mikey” García, es esencial para García (32-0, 27 KO) usar su superioridad boxística para ir ganando los asaltos cogiendo pocos golpes y reservándose para los rounds finales en lugar de enfrascarse en una pelea de desgaste e intercambio indiscriminado de golpes.

En este último tipo de pelea es muy difícil estar de tú a tú con el boricua por mucho tiempo. Martínez (27-1-2, 16 KO) no fallará en condición y corazón, y está sumamente enfocado, motivado y consciente de lo que representa una victoria para su futuro profesional.

García, quien lució impresionante en sus victorias por nocaut técnico en cuatro asaltos sobre Juan Manuel “Juanma” López y decisión técnica en ocho frente a Orlando “Siri” Salido, tiene que evitar caer de espaldas a las sogas y las esquinas. Tiene la ventaja de ser el púgil “local” y esto pudiera ser un factor en Texas, un estado que no es ajeno a serias controversias boxísticas (ejemplos: descalificación de Carlos Molina frente a James Kirland; y decisiones para Tavoris Cloud y Juan Díaz sobre Javier Campillo y Paulie Malignaggi, respectivamente).

Es muy posible que, en ánimos de sorprender y contrario a lo que ha indicado, García trate de madrugar a “Rocky” para capitalizar en el usual comienzo lento del puertorriqueño, aun cuando él es similar en este respecto.

Martínez me recuerda a Alfredo “El Salsero” Escalera en que su dedicación al entrenamiento, condición física y corazón lo llevaron mucho más lejos y muy por encima que de lo que de sus limitaciones técnicas y defensivas pudiera esperarse. No debe permitir que García dicte el ritmo de las hostilidades y debe esmerarse en ganar los asaltos lo más claro posible.

Debe asumir que su retador recibirá “el beneficio de la duda” y que los jueces votarán a favor de éste los asaltos dudosos y algunos no tan dudosos, y usar esto como motivación para tratar de no dejar el desenlace en manos de estos.

Tiene que robarle la iniciativa, presionar inteligentemente, no quedar muy abierto y entrarle en ángulos. Si García baja su rendimiento según transcurra la pelea, como comenzaba a hacer frente a Salido previo al cabezazo, tendrá un serio problema con el boricua. Es una pelea difícil, que luce cuesta arriba para Rocky, pero no imposible. Como dicen los mexicanos, se puede.