El anunciado combate entre el mexicano  Orlando “Siri” Salido, titular júnior ligero (130 libras) de la OMB, y el puertorriqueño Román “Rocky” Martínez, bautizado muy apropiada y casi proféticamente  La guerra, reúne todos los ingredientes para que su desarrollo sea  del total agrado del público. 

El encaje de estilos, la trayectoria, la determinación y carácter de ambos, enmarcados en una pelea de título mundial y con el trasfondo de la ya  mítica rivalidad boxística entre Puerto Rico y México prometen que este pareo será uno repleto de acción de principio a fin y sin la garantía de que ambos escucharán de pie el campanazo final. 

Creo que Martínez (28-2-2, 17 KO) tiene una excelente oportunidad de salir por la puerta ancha, coronarse por tercera vez en su carrera en el mismo peso y organismo, y acabar el “maleficio” en que Salido (42-12-2, 29 KO) parece tener sumidos a sus rivales boricuas, ante quienes ha acumulado cinco victorias en las cinco veces que los ha enfrentado, con cuatro de esos triunfos por la vía rápida. 

Martínez tiene la ventaja de que Salido está mucho más golpeado que él e incluso muchos piensan que está “tocado”. 

Un detalle muy importante a tener en cuenta es la tendencia del mexicano a ser derribado en sus combates. Salido ha sido derribado en un total de doce ocasiones en cinco de sus últimas 10 peleas, incluyendo tres en su choque más reciente, cuando se agenció el fajín que posee ante el zurdo tailandés Terdsak “Pitbull” Kokietgym, a quien derribó a su vez cuatro veces para terminar noqueándolo en 11 asaltos. 

Martínez, sin ser un pegador de especial contundencia, hace mucho daño por acumulación de golpes y su condición a toda prueba, además de que es buen asimilador. 

Pero no posee la mejor de las defensas y puede quedar abierto al contragolpeo del mexicano, quien es siempre peligroso y, de hecho,  terminó ganando tres de los cinco combates mencionados en que fue a la lona. 

Creo que, al final de la noche,  la condición física será el factor decisivo en este pareo.