El combate entre el boricua Miguel Cotto, titular mediano (160 lbs) del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), y el mexicano Saúl “Canelo” Álvarez, a celebrarse el próximo sábado en el Events Center del hotel Mandalay Bay, en Las Vegas, Nevada, es indiscutiblemente uno de los mejores pareos de alto nivel que podía casarse al presente.

Todos los ingredientes para un intenso y dramático desarrollo, incluyendo un perfecto encaje de estilos, enmarcados en la intensa rivalidad boxística entre Puerto Rico y México, están presentes en este choque. 

Varios puntos tienen que ser tomados obligatoriamente en cuenta a la hora de analizar las posibilidades de victoria de cada uno. Álvarez (45-1-1, 32 KO) goza de ventajas sobre Cotto (40-4, 33 KO) en alcance (70½” vs. 67”), estatura (5’9” vs. 5’7”) y juventud (25 años vs. 35). Por su parte, el puertorriqueño aventaja a su contrincante en boxeo, experiencia y calidad de oposición enfrentada, habiéndose medido no solo con púgiles de mayor calidad a los enfrentados por el mexicano, sino a mejores que este mismo, como el estadounidense Floyd Mayweather y filipino Manny Pacquiao, ante quienes Cotto perdió por decisión unánime y nocaut técnico en el duodécimo asalto, respectivamente. 

Pero, asimismo, Cotto está mucho más golpeado y gastado, aun tomando en cuenta su tan cacareado supuesto rejuvenecimiento a manos de Freddie Roach, el que a mi entender está grandemente ayudado por una concertación de encuentros (match making) muy favorable para él. Así ha sido su paso en las 154 libras y las 160, excepción hecha con el pleito frente a Mayweather.  

Tenemos que señalar al menos un asterisco en la carrera de cada uno de ellos: por una lado, la derrota de Cotto frente a Antonio Margarito en la primera cita entre ambos siempre cargará la interrogante del posible vendaje truqueado; por otro, la victoria de Canelo por decisión dividida sobre el zurdo cubano Erislandy Lara en su penúltimo combate lució cuestionable y evidenció debilidades en la técnica del mexicano a la hora de cortarle el ring a un oponente con buen desplazamiento. 

El próximo sábado concluiremos nuestro análisis.