La escandalosa alegación del juez César Ramos sobre la supuesta alteración de su tarjeta de votación del primer asalto del controvertible combate entre José “Wonder Boy” López y el mexicano Roberto “Azabache” Castañeda  y la subsecuente investigación consolidada de las tres querellas resultantes, a mi entender, constituyen juntas la noticia del año en el boxeo profesional local.

Faltando varios testimonios claves (comisionados José “Toto” Peñagarícano  y Dommys Delgado Berty, y el Lcdo. Francisco “Paco” Valcárcel, presidente de la OMB, entre otros), las distintas partes han tenido su cuota de aciertos, desaciertos y contradicciones.

Creo que, independientemente de quien hizo las marcas en la tarjeta (incluyendo Ramos), ha quedado evidenciado que durante la cadena de eventos  en cuestión, los comisionados Peñagarícano, Delgado Berty, Lcdo. Daniel Cabán y Lcdo. Miguel Ortega fallaron en ejercer el grado de conocimiento, pericia y dominio de los reglamentos de la Asociación de Comisiones de Boxeo (ABC por sus siglas en inglés) y la propia Cbppr requerido por las situaciones suscitadas y que se presupone, posean.

Aun sin exigírseles un estándar de perfección absoluta en el desempeño de sus funciones, los errores cometidos,  por comisión u omisión, arrojan serias dudas sobre el juicio, prudencia, capacidad, competencia, conocimiento y dominio  en la aplicación del reglamento de estos comisionados.

¿Ejemplo? La confusión evidenciada con el sistema de diez puntos. La situación puede ser o parecer complicada, pero la regla es clarísima: diez puntos al ganador del asalto a menos que el árbitro le deduzca punto.

Otras banderas rojas adicionales son entrar al master la tarjeta “corregida” sin estar iniciada, entregar el master corregido a la prensa como original sin notificársele las correcciones, reconocer en una minuta posterior que la votación correcta de ese asalto era 10-6 y no 9-7, y la ausencia de anotación alguna en el libro de incidencias sobre la controversia, limitándose a decir que “el público abucheó la decisión”.

¿Cuándo un cúmulo de hechos aparentemente aislados se convierte en un patrón? Y, repito, estas fallas no tienen absolutamente nada que ver con quien hizo las marcas en la tarjeta.