Tras largos meses de negociaciones, se concretó finalmente el choque entre el boricua Miguel Cotto, titular mediano (160 lbs) del CMB, y el mexicano Saúl “Canelo” Álvarez. 

En términos de encaje de estilos, trayectoria de los peleadores y trasfondo histórico, este es uno de los mejores pareos que podía casarse en la actualidad entre púgiles de alto nivel para producir un pleito de acción zigzagueante, nivelado y competitivo, con oportunidades de brillo y triunfo para ambos, y del total agrado del público. 

El pareo Cotto-Álvarez corre sobre las líneas del clásico libreto de experiencia frente a juventud. Condición, inteligencia y ejecución exitosa del plan de pelea serán los elementos determinantes en quien resulte vencedor. 

Álvarez (45-1-1, 32 KO) tiene ventajas sobre Cotto (40-4, 33 KO) en juventud (25 vs. 34), estatura (5’9” vs. 5’7”) y alcance (70½” vs. 67”). 

Creo que el mexicano es, después del estadounidense Floyd Mayweather, el rival con más oportunidades de vencer al boricua desde que este subió a las 154 libras tras el nocaut técnico en 12 asaltos sufrido frente al zurdo filipino Manny Pacquiao. 

Mucho se ha hablado del “rejuvenecido” Miguel Cotto desde su inclusión de entrenadores del exterior. Pero también ha habido un matchmaking mucho más favorecedor: su carrera sobre las 154, excepción hecha con Mayweather, ha sido frente a rivales “buscados” y todas sus victorias deberían estar acompañadas de un asterisco. 

Dos cojos, un tuerto, un “parrandero” fuera de condición, un desinflado en la báscula y un saco con guantes conforman los triunfos del boricua en los pesos mencionados. 

Canelo, por su parte, padece también de su alta cuota de pareos desnivelados y hay que recalcar que recibió una inmerecida victoria sobre el zurdo cubano Erislandy Lara  en su penúltimo combate, celebrado el 12 de julio del pasado año, en lo que debió ser una derrota. 

El próximo 21 de noviembre, este panorama cambia por completo para los dos. Ambos tendrán frente a sí un rival con oportunidades reales de triunfo y que los obligará a sacar el máximo de sí mismos en aras de obtener la victoria.