VERACRUZ, México - Desde los Juegos Santiago 1986 hasta los de Veracruz 2014, el evento de Hobie 16 ha sido dominado por el mismo atleta: Enrique Figueroa.

Ayer, el velerista de 50 años recibió su séptima medalla consecutiva como campeón de Hobie 16. En Barranquilla 2018 la categoría competirá sin el Quique boricua.

“Hay que ver. Entiendo que estos sí van a ser mis últimos Juegos. Llevamos varias décadas en esto, La vida te lleva a otras partes. Ha sido un buen viaje”, comentó Figueroa.

“No hemos discutido eso en casa. Es algo que nunca se menciona. Esta medalla de oro, específicamente, se la dedico a mi familia -su esposa Carla Malatrasi y sus hijas Isabella y Paula- porque mientras yo hago lo que a mí me gusta ellas son las que se sacrifican en casa”, agregó. “Eso es algo que nadie lo ve y quiero que sepan que este triunfo es para ellas allá en casa”.

Figueroa destacó que la medalla de oro que ganó en estos XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe tendrá un lugar especial en su casa.

“(Las otras seis) Las debo de tener en alguna gaveta. Las medallas las llevo yo en la cabeza, pero ésta vamos a ver si cabe por algún sitio”, dijo. Cuando se le preguntó el porqué respondió “Esta es la última”.

“Posiblemente. Uno nunca le dice adiós al deporte. Uno nunca sabe dónde estaremos de aquí a cuatro años. Este era uno de los 'goals', el Panamericano y las Olimpiadas. En este ciclo tenemos otras prioridades en la cabeza y queremos seguir adelante con eso”, agregó.

Reconoció, sin embargo, que la ceremonia celebrada en terrenos del hotel Camino Real fue especial y donde compartió con veleristas que ha visto crecer y desarrollarse en el deporte,

“Sí. Compartimos con amigos que llevamos años. He visto a muchos de ellos crecer, eso tiene un significado especial. Los he visto convertirse en hombres, competidores y amigos y eso tiene mucho valor para mí”, dijo.

Esa camaradería hace que se gasten bromas entre ellos y al momento de subir al podio los representantes de Venezuela felicitaron al 'viejito' y Figueroa hizo como si confrontara problemas para subir al podio, pero el boricua dijo que “el viejito les dio candela. Esta semana fue la semana del viejito”.

Y aún con esa brecha de edad, que se produce al mantenerse por casi tres décadas como el mejor velerista de la región, Figueroa lució más dominante que en pasadas ediciones.

“Estaba hablando con el entrenador mexicano, que es cubano, recordando los viejos tiempos cuando todos éramos competidores y yo todavía estoy batallando desde este lado de las gradas”, señaló. “Se siente bien, se siente bien estar aquí todavía. Estar competitivo, estar saludable y satisfecho de haber logrado lo que vinimos a hacer. Siempre uno tiene sus dudas, sus expectativas, y poder haber cerrado con broche de oro”.

“Es el resultado de años de entrenamiento. Entrenamiento conciso y específico. El apoyo económico por parte de recreación y deportes es invaluable para nosotros poder seguir a este nivel y a nivel panamericano y olímpico. El apoyo de nuestro entrenador, Pedro Luis Fernández a nivel técnico es algo que no se puede medir en palabras, sino en resultados y aquí está esa consecuencia”, concluyó.