BUENOS AIRES — Parece que Argentina necesita un sicólogo. Ni Lionel Messi la pudo salvar y sobre el cielo Albiceleste se ciernen nubarrones.

Recientes frustraciones y atascada ahora en la ruta sudamericana rumbo al próximo Mundial, del que por ahora figura afuera, Argentina carga con múltiples ansiedades relacionadas con la sicología, según lo reconocieron Messi y varios de sus socios.

Se acentúa la preocupación del equipo capitaneado por Messi, ya que la herida se hizo aún más profunda el jueves cuando Brasil la despidió con sonrisa amable tras humillarla 3-0 en Belo Horizonte. Y para que esa enfermedad no se agrave, tendrá que vencer a Colombia el martes en San Juan por la 12da fecha de las eliminatorias.

"Hay que cambiar desde la cabeza. La cabeza sobre todo, porque esta selección tiene jugadores muy buenos, pero cuando uno no está de la cabeza bien, las piernas por ahí no responden", dijo tras la derrota Messi, quien reapareció luego de tres partidos de ausencia por una lesión en su pierna izquierda. "Pensar en positivo, cambiar toda esta situación de vibra que estamos viviendo e intentar salir, hacernos fuertes nosotros".

Alineados con la cuestión sicológica, el lateral Pablo Zabaleta y el atacante Sergio Agüero, ambos del Manchester City de Inglaterra, también aludieron a la cabeza como factor de la racha adversa del equipo.

"El aspecto psicológico se nota. Tenemos que ser fuertes mentalmente. No tenemos más margen de error, la clasificación aprieta", dijo Zabaleta.

El "Kun" Agüero también fue al grano: "Debemos recordar que llegamos a tres finales, y tratar de cambiar la cabeza. Espero que en San Juan estemos bien. Que el apoyo de la gente sea importante para tener confianza".

Argentina lleva cuatro partidos sin victorias en los que cosechó apenas dos puntos sobre 12 posibles. Con Messi otra vez en acción, los Albicelestes siguen fuera del Mundial de Rusia con un sexto puesto y a sus espaldas marchan Paraguay con un punto menos y Perú a dos.

Los cuatro primeros se clasifican, el quinto que por ahora es Chile juega un repechaje contra el mejor de Oceanía y el resto estará ausente de la cumbre del fútbol.

¿Un Mundial sin Messi? Por ahora sí.

Argentina parece sentir el impacto de tres finales perdidas: el Mundial de Brasil 2014, las Copa América de Chile 2015 y Estados Unidos 2016, todas ellas con Messi y otros como el arquero Sergio Romero, los centrocampistas Javier Mascherano y Angel Di María y los artilleros Gonzalo Higuaín y Agüero. Ellos y otros viejos compañeros, siguen como base del equipo.

Sin grandes cambios en el plantel, Argentina parece acusar problemas anímicos derivados de esas frustraciones.

Messi, el mejor jugador del mundo, aceptó que los argentinos están "cansados" por los pasados y actuales reveses y les pidió paciencia. "Tocamos fondo y ahora solo queda seguir para arriba. Dentro de toda esta m... (excremento), seguimos vivos, dependiendo de nosotros".

Como a medida que pasan los partidos Argentina se hunde un poco más, el temor a no poder cruzar la frontera rusa podría ser otro factor de peso en el ánimo de los jugadores.

Messi, un maestro de los tiros libres, lanzó dos ante Brasil que ni siquiera superaron la barrera y tampoco hizo gala de las famosas piruetas o de la belleza de sus corridas, pese a que no lo marcaron a presión sino en forma escalonada.

Ni que hablar de atacantes como Higuaín (Juventus, Italia) y Agüero, de los mejores en el mundo por sus dianas en sus equipos pero que en Argentina no hacen goles ni al arco iris. Higuaín es uno de los más resistidos por los argentinos, por haber desperdiciado goles cantados en las finales dolorosas.

Resulta por demás llamativo que con Messi, Higuaín, Agüero y tantos otros, Argentina solo convirtió 11 goles en otros tantos partidos, menos de la mitad de los 24 del líder Brasil y los 23 del escolta Uruguay. Los Albicelestes solo superan al colista Bolivia (9) en cantidad de tantos anotados.

Más allá de lo futbolístico y de las tácticas que pueda implementar su técnico Edgardo Bauza, en Argentina hay algo que no funciona. El equipo se muestra desorientado, sin reacciones anímicas y ante el primer golpe tambalea.

"Después del primer gol (de Brasil) nos caímos, psicológicamente más que nada", dijo el volante Lucas Biglia (Lazio, Italia), avalando la teoría de Messi, Zabaleta y Agüero. "Lo estábamos haciendo bien y sufrimos esa contra".

¿Argentina irá al sicólogo?