Un par de autogoles de Daniele De Rossi y Kostas Manolas facilitaron la faena de un contundente Barcelona al imponerse el miércoles 4-1 ante la Roma, victoria que dejó al conjunto catalán con un pie adentro en las semifinales de la Liga de Campeones. 

El desesperado esfuerzo de De Rossi por interceptar el pase de Andrés Iniesta a Lionel Messi acabó en calamidad cuando el volante italiano depositó el balón en su propia red para abrir el marcador a los 38 minutos. 

La misma desdicha acompañó a Kostas a los 55. El despeje del central griego a un centro rasante de Ivan Rakitic pegó en el poste y luego rebotó en el azulgrana Samuel Umtiti antes de traspasar la raya de gol. 

Gerard Piqué y Luis Suárez fueron los autores de los otros tantos del Barcelona en su feudo del Camp Nou. 

"El resultado ha sido demasiado exagerado por lo visto en el campo, por nuestras ganas de plantar cara”, dijo Eusebio Di Francesco, el técnico romanista. “Hemos perdido por 4-1, no puedo decir que hemos jugado muy bien, pero sí interpretado bien el partido, con fallos”. 

Di Francesco también se quejó de que el árbitro perdonó un penal que se le cometió a Edin Dzeko al inicio del partido. 

Para Piqué, adelantarse con dos autogoles no es indicativo de que la victoria se debió a la buena fortuna. 

“No creo que sea factor suerte”, afirmó el central azulgrana. “Ha habido varios palos que no han entrado. Las cosas van cómo van. Si hay estos goles es porque estamos apretando ahí arriba y a veces sucede esto". 

“Si no te acercas a la portería no se meten goles en propia puerta”, coincidió su técnico Ernesto Valverde. 

Barcelona no se conformó con el 2-0 y, cuatro minutos después, Piqué marcó el tercero. Nada más tuvo que empujar la pelota tras el rechace dejado por el arquero brasileño Alisson Becker, quien previamente había manoteado un remate del uruguayo Suárez. 

Dzeko descontó para la Roma a los 80, pero Suárez puso cifras definitivas y de paso rompió una racha de 10 partidos seguidos sin marcar en el torneo. 

La victoria estiró el invicto del Barcelona como local en la Champions, con 26 partidos sin perder. La racha se remonta a septiembre de 2013. 

“Ha costado mucho”, dijo Valverde. “Nos dificultaban mucho la salida de balón. Han empezado apretando bien y, a veces, cuando superábamos la presión queríamos llegar muy pronto”. 

El partido de vuelta se jugará en Roma el próximo martes. 

Messi no evidenció merma alguna tras la dolencia muscular que le impidió disputar los partidos amistosos de Argentina y salir como suplente ante el Sevilla el sábado pasado, cuando su gol a los 89 minutos rescató un empate 2-2. 

Valverde hizo un pequeño cambio en su formación, relegando al extremo Ousmane Dembélé en la banca y sacando a Sergio Roberto del lateral derecho para que jugara en el ataque. La posición de Roberto fue cubierta por Nelson Semedo, quien llevaba un mes sin jugar por una dolencia muscular. 

Además, el volante Sergio Busquets reapareció en el Barsa tras perderse tres semanas tras sufrir la fractura de un hueso en el pie derecho. 

Di Francesco debió hacer una modificación con Lorenzo Pellegrini por Radja Nainggolan, luego que el volante belga fue descartado por una lesión muscular que sufrió el fin de semana. 

En cuartos de final por primera vez en una década, el equipo italiano salió a entorpecer el estilo de posesión de los anfitriones al desplegar presión alta. 

Pero sus torpezas en la retaguardia incidieron en los cuatro goles del Barcelona.