Javier "Chicharito" Hernández buscó la gloria toda la noche. Y la encontró en el último suspiro.

Un gol del mexicano al borde del final dio el miércoles al Real Madrid la victoria por 1-0 sobre el Atlético de Madrid y el pase a las semifinales de la Liga de Campeones. La expulsión del turco Arda Turan cuando restaban 15 minutos de juego desarboló al Atlético, que volvió a caer derrotado en un derbi europeo como ocurriera el año pasado en la final de la Champions en Lisboa.

Una internada de Cristiano Ronaldo en el pico derecho del área forzó la salida del arquero Jan Oblak. El portugués consiguió asistir a Chicharito con la punta del botín, y el mexicano marcó a portería vacía. Hernández había desperdiciado tres ocasiones claras a lo largo del partido, pero encontró premio a la perseverancia y salió aclamado por el estadio Santiago Bernabéu.

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"Esto es de todo el equipo. Una gran asistencia de Cris, todos corriendo, todos luchando", comentó Hernández a pie de cancha. "He estado muy paciente", agregó el delantero, que llegó al Madrid esta temporada cedido préstamo por Manchester United y que ha jugado poco con el club español.

El equipo de Diego Simeone había encadenado siete derbis sin perder contra el Madrid, incluido el 0-0 de la ida en el estadio Vicente Calderón. La racha se cortó en el peor momento posible. El Madrid, otra vez sufriendo, le ganó la partida con un solo gol en una eliminatoria de 180 minutos.

"Tenemos vivo el sueño de jugar otra final", dijo el técnico Carlo Ancelotti, que alabó a los otros tres semifinalistas de la competición: Barcelona, Juventus y Bayern Múnich. "Hemos ganado un partido clave y esperemos tener tiempo para recuperar a los lesionados".

El respeto del Madrid por el Atlético y el peso de los siete partidos sin ganar el derbi hablaron en la pizarra de Ancelotti. El italiano metió de inicio a sus tres centrales Sergio Ramos, Raphael Varane y Pepe ante la baja del creativo Luka Modric. Ramos ocupó una inusual posición en el centro del campo junto a Toni Kroos e Isco. Hernández acompañó a James Rodríguez y Cristiano en el tridente ofensivo sin Gareth Bale y Karim Benzema, ambos lesionados.

La novedad de Simeone fue el joven volante Saúl Ñíguez, de 20 años. Mario Mandzukic y el francés Antoine Griezmann fueron titulares. El mensaje de los entrenadores después del empate sin goles de la ida era claro: no encajar gol.

El partido arrancó con dominio local pero sin demasiadas ocasiones. La posesión era blanca, mientras el Atlético buscaba agazapado la oportunidad. El Madrid pudo adelantarse dos veces en el marcador. Al filo del descanso, Saúl, muy errático, perdió la pelota al borde del área rojiblanca. James recogió el rechace y asistió a Cristiano. El portugués erró uno de esos mano a mano que nunca falla, al rematar a las manos de Oblak.

Simeone abortó el experimento de Saúl y metió a Gabi tras el descanso. Pero el Madrid salió espoleado del vestuario. Isco filtró un pase sobre el desmarque de Chicharito al límite del fuera de juego, el mexicano quedó solo ante Oblak pero su remate cruzado salió ligeramente desviado.

Los de Ancelotti dominaban, cada vez más cerca del gol. Ramos cabeceó un centro de Cristiano pero Oblak, bien colocado, volvió a desbaratar el peligro. Desbordado en el medio campo, Simeone sacrificó a Griezmann para ganar peso con Raúl García. El cambio contuvo la hemorragia y el Atlético empezó a inquietar la portería de Iker Casillas cuando el reloj anunciaba alargue.

Pero justo cuando el equipo colchonero respiraba llegó la rigurosa expulsión de Turan por doble amarilla. El turco había visto tarjeta por reiteración de faltas en la primera mitad y vio la segunda a los 76 minutos por un plantillazo a Ramos.

"Sólo digo que hasta ese momento (el de la expulsión) habíamos llevado muy bien el partido", explicó Simeone. "Les digo a los aficionados del Atlético que estén orgullosos por los jugadores que tienen".

"Sale reforzado el club, que vuelve a estar entre los ocho mejores de Europa", añadió.

El Madrid olió sangre y se fue con todo a por la victoria.

Chicharito volvió a disparar desviado un mano a mano con Oblak a los 80 minutos, mientras el Atlético, que empezaba a acusar el esfuerzo, trataba de ganar la prórroga para darse un respiro.

Simeone agotó los cambios con la entrada del uruguayo José María Giménez para jugar con una línea de cinco en defensa. El Madrid encontró el premio de gol con el remate de Chicharito a los 88 minutos. El mexicano, después de errar tres ocasiones claras, logró marcar y fue coronado héroe por el Santiago Bernabéu.

"Hoy me tocó marcar a mí, pero este gol es de todos. Es de todo el equipo, de mi familia y de mis compañeros que han confiado en mí y este gol es para ellos y para los aficionados", dijo Hernández.