Marco Vélez llevaba alejado de las canchas de fútbol desde el 2012,  pero nunca quiso hacer oficial su retiro como futbolista activo. Siempre guardaba ese pequeño deseo de que su adolorida cadera izquierda sanara, y así gozar de otra oportunidad en el campo.

Pero llegó el momento de colgar, oficialmente, los botines. Vélez, de 33 años y uno de los mejores futbolistas que ha tenido Puerto Rico, se someterá hoy el lunes a un reemplazo de su cadera izquierda que le pondrá fin a sus días como jugador.

Será el final de una larga batalla contra dolores que lo aquejaron a lo largo de su carrera como futbolista. 

“En algún momento sabía que me iba a pasar (la operación), pero no tan temprano. Lo hice para poder tener una mejor vida. Básicamente jugué toda mi carrera con artritis en mi cadera. Decidí hacer esto porque quiero tener una mejor vida, no tener dolor constante”, narró Vélez a Primera Hora.

El carolinense explicó que en el procedimiento se le reemplazará su cadera con cerámica y plástico. Aprovechó la oportunidad para agradecer al doctor Magdiel Mayol, quien lo trató en sus años como futbolista, y al galeno Ricardo Reina, quien realizará la cirugía. 

Ahora, toca mirar para atrás a una bonita carrera. En el 2003, Vélez fue escogido en el sorteo de la Major League Soccer (MLS) por los MetroStars, club que ahora son los Red Bulls de Nueva York. No obstante, el boricua optó por más tiempo de juego y fichó con los Sounders de Seattle de la United Soccer Leagues, para luego firmar con los Islanders de Puerto Rico.

En el 2008, finalmente dio el brinco a la MLS con el Toronto FC, convirtiéndose así en el primer futbolista desarrollado en la Isla en jugar en dicha liga. Jugó dos años con Toronto FC antes de regresar a los Islanders, donde ganó en el 2010 el título de la Segunda División de Estados Unidos.  Además, fue capitán de la Selección Nacional de fútbol en varios compromisos internacionales. 

“Estoy satisfecho. Obviamente uno siempre quiere más, pero logré bastante con todas las circunstancias que tuve. No fue fácil tener que jugar siempre con ese dolor. Pero lo amaba”, dijo Vélez, quien enfatizó en el apoyo que recibió de sus padres Corinne Vélez y Audberto “Lampi” Vélez. 

“Hubiera querido, tal vez, haber jugado en una buena liga en europea. He pensado ‘si no tuviera la cadera así, cómo hubiera sido mi carrera, tal vez estaría jugando todavía’. Pero son cosas que pasan, uno no puede pensar en eso”, añadió el ahora ex jugador, quien se desempeñó como defensa central.

Ahora, el enfoque de Vélez pasa a su recuperación de la operación y luego a continuar su desarrollo como técnico. El pasado año, asistió al costarricense Jeaustin Campos en el programa de selecciones nacionales. De hecho, pese a la salida de Campos del programa, ambos continúan su relación y recientemente Vélez viajó a Costa Rica para tomar talleres con el técnico tico, quien ahora labora con el Deportivo Saprissa.

“Al ser entrenador, algo que me gustaría es ayudar a los niños para que alcancen su potencial, que lleguen a ese nivel que alcancé, o mejor que yo”, comentó Vélez.  “Esa es la meta. Que algún día pueda influenciar o ayudar a un muchacho a llegar ahí, o más. Eso sería ideal”.