Saransk, Rusia - Japón oscureció el panorama de Colombia en Rusia 2018 después de imponerse en Sarank por primera vez en su historia (1-2), y dejar al conjunto sudamericano con escaso margen de error para progresar en el Mundial.

Colombia, ataviada de una estupenda reputación ganada a pulso cuatro años atrás, en Brasil 2014, donde alcanzó los cuartos de final, no se sobrepuso a los numerosos contratiempos con los que se topó en los minutos iniciales del choque. No le dio para completar una remontada con la inferioridad numérica con la que se quedó desde el minuto 5.

Por eso, todos los planes, toda la estrategia de la pizarra se quedó en nada. José Pékerman dejó a James Rodríguez en el banquillo. El volante del Bayern Múnich, con fatiga muscular y ausente en algunos entrenamientos, se quedó en el banco. Prefirió el preparador argentino hombres frescos ante un rival correoso, de exigencia física y que suele imponer un ritmo alto.

Sin embargo, no atrae en esta ocasión Japón las expectativas de veces anteriores. En su sexta participación seguida ya no cuenta con ese grupo de futbolistas compacto y unido para la causa. De hecho, da la sensación de ser un conjunto que languidece, sobre todo por el cambio de entrenador que tuvo que realizar hace solo dos meses y que llevó a Akira Nishino del Hitachi a su equipo nacional.

Todo se le puso de cara al conjunto oriental para ganar por primera vez en su historia a Colombia. Antes del minuto cinco el partido había dado un revolcón. Ocasión de gol, un penalti, una expulsión... todo en un momento.

La agitación llegó al encuentro por culpa de una pérdida de balón del ataque colombiano. Japón conserva el gusto por la velocidad. Por las transiciones a toda pastilla. Quedó claro. El contraataque llevó la pelota a los pies del punta, Yuya Osako. Le faltó decisión al ariete del Colonia, que remató mal y desvió el portero David Ospina.

La pelota le llegó a Shinji Kagawa. Disparó a gol pero en el camino se interpuso el brazo de Carlos Sánchez. El árbitro, el esloveno Damir Skovina lo vio. Señaló penalti y expulsó al mediocentro del Espanyol.

No falló Kawaga desde los once metros. El volante del Borussia Dortmund puso a Japón por delante.

Nadie esperó este panorama. Colombia acusó el mazazo. Con un jugador menos acosó a su rival pero sin orden. En acciones esporádicas. Japón, sin embargo, encontró vía libre en el área de Ospina. Un equipo con más empaque que el nipón hubiera hecho saña de su adversario y hubiera cerrado el partido.

Pékerman entró en acción. Retiró a Cuadrado, una opción más que válida para atacar pero poco fiable en la retaguardia. Sobre todo con un jugador menos. Sacó a Wilmar Barrios para dar equilibrio al conjunto antes del intermedio.

Pero Japón, uno de esos equipos que peca siempre de inocencia aunque su media de edad sea alta y sus jugadores con experiencia, encajó un gol pueril que evitó que se fuera con ventaja al intermedio y alentara a su rival.

Japón oscureció el panorama de Colombia en Rusia 2018 después de imponerse en Sarank por primera vez en su historia (1-2), y dejar al conjunto sudamericano con escaso margen de error para progresar en el Mundial.