SAINT-DENIS — Los jugadores entrelazaron sus brazos y los hinchas se pusieron de pie para guardar un minuto de silencio en el Stade de France, un año después de los atentados en París.

El momento solemne del viernes, antes del partido de las eliminatorias mundialistas entre Francia y Suecia recordó a las víctimas de los ataques del 13 de noviembre del año pasado, en los que murieron 130 personas y centenares más resultaron lesionadas.

El grupo Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad por los atentados.

Aquella noche de terror comenzó cuando tres dinamiteros suicidas se inmolaron frente al Stade de France, donde Francia disputaba un partido amistoso contra Alemania. Murió un transeúnte.

Al menos uno de los atacantes trató de ingresar al estadio, pero se lo impidieron los guardias de seguridad.

Las medidas de seguridad implementadas el viernes fueron las mismas que se han observado desde los atentados. Los espectadores fueron sometidos a cacheo y revisión de sus bolsas en dos ocasiones, una cerca del estadio y la otra antes de pasar por la puerta de entrada.

Pero el ambiente fue relajado. Varios partidos internacionales de rugby y fútbol se han realizado en el mismo estadio desde entonces, incluida la final de la Eurocopa en julio.

Los jugadores de las selecciones de Francia y Suecia se pusieron de pie, dándose la cara, a cada extremo de la línea de medio campo. Muchos agacharon la cabeza para recordar a las víctimas.

"En cierta forma, estamos vinculados con este drama", comentó el arquero y capitán de Francia, Hugo Lloris, antes del partido. "Hay que tratar de seguir adelante y de mirar al frente, aunque estos eventos probablemente seguirán en nuestras mentes para siempre.