Barcelona, España. El quinto clásico de la temporada entre Barcelona y el Real Madrid plantea al Barsa una necesidad que va contra su propia naturaleza: la prioridad para este equipo de fútbol fluido, que piensa siempre en el arco contrario, debería ser custodiar su propia valla en el duelo de hoy, ya que un empate 0-0 le daría el pase a la final de la Copa del Rey.

El encuentro de ida en el estadio Santiago Bernabéu del equipo merengue terminó 1-1 y ese gol de visitante valdría por dos si el partido termina sin que se abra el marcador.

Tras la conquista de la Supercopa por parte del Madrid a principios de campaña, ambas potencias futbolísticas volvieron a cruzarse por la liga en Barcelona en octubre (2-2) y, el pasado 30 de enero, en el choque de ida de la Copa del Rey.

Sevilla y Atlético de Madrid disputan el miércoles la otra semifinal.

Con la liga prácticamente en el bolsillo de los azulgranas, que mandan con 12 puntos de ventaja sobre el Atlético y 16 respecto al Real, la copa se antoja más acuciante para el Madrid y su entrenador, José Mourinho, al que solo le quedaría pelear por la Liga de Campeones en caso de caer eliminado.

El técnico portugués se juega su futuro en apenas ocho días, pues al miércoles siguiente visitará el estadio Old Trafford con el objetivo de pasar la eliminatoria de octavos de final de la Champions frente al Manchester United, que sacó otro empate 1-1 del cotejo de ida en Madrid.

Entre el quinto clásico y el reto europeo se jugará otro Madrid-Barsa el sábado y en cancha de los primeros por la 26ta fecha. Pero el duelo liguero no depara la trascendencia del copero, donde ambos contendientes aspiran a mantener viva la llama de un posible doblete (liga y copa o copa y Champions). Incluso triplete en el caso azulgrana.

El Barsa también sigue vivo en Europa, aunque precario tras perder con Milán el pasado miércoles por 2-0. Con la derrota inesperada y contundente en uno de los peores partidos que se le recuerdan al considerado mejor equipo del momento, afloraron también ciertas dudas sobre el estadio de forma del plantel, incluido el astro argentino Lionel Messi.

Tanto el Madrid como el Barsa ganaron el sábado en la liga por 2-1, con remontadas respectivas ante el Deportivo La Coruña y el Sevilla. Pero el sabor de las victorias fue distinto, pues Mourinho reservó a numerosos titulares y vio como el ingreso de Cristiano Ronaldo en la segunda mitad resultaba decisivo, así como la aportación de un renacido Kaká.

El Barsa jugó con los habituales y Messi quien, pese a no brillar, alargó a 15 su récord de fechas consecutivas con gol. Pero el equipo volvió a encajar un tanto en contra por 11er partido consecutivo, síntoma inquietante cuando lo que le valdría precisamente el martes es mantener el arco invicto.

“Nos preocupa, pero jugaremos como siempre. Pensamos que el Madrid vendrá a buscar el gol, pero estamos preparados por si no lo hace”, dijo Jordi Roura.