El deporte hípico en general cuenta con muchas situaciones importantes de las que sus componentes son sus principales protagonistas.

A menos de dos años de iniciar la era de la modernización de este deporte en Puerto Rico, un purasangre se encargó de colocar el nombre de nuestro país en el mapa mundial del hipismo.

Y es que un día como hoy, el 7 de agosto de 1955, el ejemplar Camarero revolucionó el ambiente deportivo del país al establecer una nueva marca de victorias consecutivas sin empates con su triunfo 55 en el hipódromo Quintana, de Hato Rey y que está reconocida en el libro de récords mundiales Guinness.

Camarero, el hijo de Thirteen en Camarera, criado por Luis Rechani Agrait, era propiedad del establo Lares, del empresario José Coll Vidal y con su entrenamiento supervisado por Pablo Suárez.

En la histórica carrera fue montado por Mateo Matos, quien fue su jinete en la mayoría de las victorias de la racha.

Durante mediados de la década de 1950 y mientras Camarero se aproximaba poco a poco al récord de 54 victorias seguidas establecido por la yegua húngara Kincsem, la atención del deporte en el país se centraba en lo que el noble nativo estaba por conseguir.

Los principales periódicos del momento, El Mundo y El Imparcial, dedicaban amplia cobertura a cada carrera de Camarero mientras más se acercaba al récord causando una efervescencia en el pueblo.

Al mismo tiempo los medios y posiblemente sin saberlo, creaban fanáticos. Porque fueron muchos los que se interesaron por la hazaña de Camarero y quedaron enamorados del deporte hípico por el resto de sus vidas.

El logro de Camarero tuvo relación con la modernización del hipismo en la Isla, al despertar la atención, por parte de una empresa de intereses foráneos, de establecer un nuevo hipódromo en el país con adelantos tecnológicos a la altura de los mejores hipódromos de Estados Unidos en esa época.

Así, con la inauguración del hipódromo El Comandante el 11 de enero de 1957, quedaban atrás décadas de la llamada "era dorada" del hipismo en Puerto Rico para dar paso a una hípica que ha tenido otros grandes momentos históricos décadas después.

Camarero fue el inicio de eso. Quizás haya quien piense que esa es su más importante gesta, más allá de su marca mundial.