En una de esas tandas hípicas que muchos recordarán y otros quisieran olvidar, el jinete Edwin Castro alcanzó otro gran éxito en su carrera profesional, cuando llegó a su victoria 3,000 sobre el importado Brother Pat durante la primera carrera de ayer en el hipódromo Camarero.

Pero, ese triunfo no se dio en circunstancias normales. 

Brother Pat enfrentaba por segunda ocasión en la Isla al campeón Vuelve Rubén M., que era considerado sólido favorito en las apuestas.

Vuelve Rubén M. venía de ganar su compromiso anterior, el clásico Día de los Padres, ante un grupo que incluía a Brother Pat, que en esa prueba finalizó séptimo en la que fue su debut aquí.

La carrera de ayer transcurría normal desde la salida con Brother Pat dominando, mientras Vuelve Rubén M. lo perseguía sin permitirle gran ventaja. El ritmo fue adecuado en los primeros parciales con :25.77 y :50.58.

Al pasar el poste de los 600 metros, Vuelve Rubén M. inició su movida atacando a Brother Pat, mientras en el tercero Joe Pike no representaba amenaza. Y entonces llegó el momento trágico.

Poco antes de entrar a la recta final Vuelve Rubén M. adelantó hasta casi igualar a Brother Pat y cuando parecía rebasarlo para escaparse al frente se desarmó totalmente pisando de forma descoordinada.

Dejaba la carrera después de sufrir una fractura en la  extremidad derecha trasera ante la mirada incrédula de todos.

Tras el percance, Brother Pat se encaminó a un fácil triunfo ante Joe Pike, que no representó competencia y mucho menos Jimmeny Creek, que terminó tercero y último a más de 83 cuerpos del ganador. 

El hijo del semental Any Given Saturday, propiedad del establo Oscar D. y entrenado por Francisco Báez, cronometró 1:53.46 para 1,800 metros.

Mientras en el círculo de ganadores había celebración tras el logro alcanzado por Castro, Vuelve Rubén M. era llevado en ambulancia equina a la clínica veterinaria, donde intentarían salvarle la vida ante la gravedad de la lesión, pero sin éxito.

“Vuelve Rubén M. era como parte de nuestra familia. Se intentó salvar, pero no pudo ser. El caballo era evaluado para cada carrera por el doctor García Blanco. Él lo examinó el miércoles y lo encontró en perfecto estado. Esto que ocurrió fue algo que le puede ocurrir a cualquier caballo en cualquier carrera”, expresó Ramón Morales, quien fue entrenador del ejemplar por mucho tiempo hasta delegar en su hijo Raymond esa responsabilidad.

Vuelve Rubén M., un hijo del semental Concerto, criado en la Florida y propiedad del establo Anadelma, fue ganador en 25 de 40 salidas, incluyendo 10 clásicos, entre ellos la Copa Invitacional de Importados de 2012.

Venía de ganar el clásico Día de los Padres y se preparaba para el clásico José Celso Barbosa que se correrá el  26 de este mes.