Este año la hípica local vio como tres jinetes novatos graduados de la escuela vocacional hípica en diciembre pasado, acapararon la atención de todos y dominaron a su gusto durante el primer mes y medio activos.

Los aprendices Christian Navarro, Harry Hernández y Jorge Robles figuran actualmente como líderes de la estadística general de jinetes en el hipódromo Camarero. Navarro domina con 39 victorias, mientras Hernández y Robles están empatados con 29.

La semana pasada tanto Navarro como Hernández decidieron partir hacia Estados Unidos dejando la puerta abierta para que Robles permanezca como el novato más solicitado.

Un fenómeno parecido se produjo en 1960 en el antiguo hipódromo El Comandante, de Carolina, pero con cinco jinetes y en circunstancias diferentes.

Ese año los jinetes Ángel “Junior” Cordero, Luis Rivera Valdés, Manuel Caraballo, Fidel Iglesias y Pedro García Díaz se convirtieron en los “cinco magníficos” que dominaron a su antojo el negocio, no solo por el beneficio del descargue de peso por su condición de aprendices, sino porque también eran muy habilidosos.

Ninguno de ellos comenzó a montar desde el primer día del año, tal como ocurre hoy día con los aprendices, que se gradúan del curso de jinetes en diciembre y luego inician su carrera profesional el día de Año Nuevo.

Caraballo debutó ganando la quinta carrera del 22 de marzo de 1960 sobre el ejemplar Ringo Chance, del establo P.C. Valdivia y entrenado por R. Márquez. Luego, su segundo triunfo lo consiguió el 1 de mayo y desde entonces se convirtió en uno de los principales de esa temporada.

Valdés también ganó en su primera monta al dominar la sexta carrera del 20 de marzo sobre Quo Vadis, del establo de Manuel Alcaraz y entrenado por P. Santiago.

Cordero, por su parte, debutó el 12 de junio terminando cuarto sobre el ejemplar Chino y al día siguiente logró su primera victoria a bordo de Celador, del establo Lares y entrenado por Pablo Suárez.

García Díaz debutó en la séptima carrera del 6 de abril sobre The Sharper terminando en la sexta posición. Su primera victoria la consiguió el 1 de mayo a bordo del importado Rusty, del establo M. Fiol y entrenado por H.M. Trujillo.

Mientras, Iglesias debutó en la sexta carrera del 13 de mayo arribando octavo sobre la yegua Yuya B. Su primer triunfo lo consiguió en la quinta carrera del 5 de junio sobre Anfitrión, del establo Louisiana y entrenado por Justino Rodríguez.

Estos cinco aprendices tuvieron amplio destaque durante los últimos seis meses del año al punto que finalizaron entre los primeros diez de la estadística general de aprendices con Valdes como líder con 77 victorias superando por cuatro triunfos a José Luis Landráu, que llevaba varios años activo en ese momento.

Cordero finalizó tercero con 66 victorias, seguido por Caraballo con 64. García Díaz terminó noveno con 42 triunfos, mientras Iglesias acumuló 38 empatado para la décima posición con Alvaro Zayán. 

Un dato curioso es que el 16 de noviembre de 1960 las siete carreras celebradas en El Comandante fueron ganadas por tres de estos aprendices. Cordero y Valdés ganaron tres e Iglesias ganó la restante.