Con el pasar del tiempo, se han incorporado en el deporte hípico métodos que ayuden en la recuperación de los purasangres de carreras, que son expuestos a entrenamiento riguroso constante para mantener una condición adecuada para competir.

Uno de los métodos, utilizado en los humanos y adaptado a los equinos es la terapia física consistente de ondas de sonido y electroterapia.

Los ejemplares El Capricho y Arquitecto se benefician de la relajación que les provee ambos métodos por separado. Estos serán representantes locales en el Clásico del Caribe, que se llevará a cabo, este domingo, en el hipódromo Camarero.

En el caso de El Capricho las ondas de sonido le ayudan a liberar endorfinas, cortisona y estimular la sangre eliminando ácido láctico.

“La máquina que utilizo es excelente para los caballos muy sensitivos o nerviosos porque no tienes que tener contacto con el caballo durante el tratamiento”, dice Kelly Stobie, terapeuta con experiencia de varios años trabajando en distintos países.

“La mejor ventaja es que ayuda mucho para mejorar el físico y el aspecto sicológico del animal. Aquí en el hipódromo los caballos reciben daño a nivel celular por el estrés de la jaula, las enfermedades y las lesiones. Lo que hago es activar las células para un mejor funcionamiento, añadió la especialista.

Stobie, quien cuenta con seis diferentes tipo de tratamiento, dijo que mantiene mucha comunicación con los mozos de cuadra y entrenadores de los ejemplares para conocer qué sucede con ellos y así poder trabajar con los puntos de acupuntura, músculos o problemas de coyunturas o esqueletal del animal.

“Todos los caballos responden diferente. Puedo tener cinco ejemplares con el mismo problema y yo no usar el mismo tratamiento para cada uno de ellos. Lo que siempre explico a los entrenadores es que comienzo con un tratamiento básico para partir de ahí viendo como el caballo reacciona e ir conociendo qué tratamiento finalmente será el que aplique”, explicó la terapeuta ,quien trabaja con cerca de 60 caballos en el hipódromo.

De acuerdo a Stobie, la terapia tiene como resultado cambios en actitudes de los ejemplares en la pista, en el dolor, la inflamación de menudillos, corvejones y su comportamiento luciendo más relajados y comiendo mejor.

En el caso de Arquitecto, este recibe tratamiento de electroterapia que simula la misma carga eléctrica que los ejemplares poseen.

“Este tratamiento no solamente ayuda a aliviar los problemas, también los arregla. Los caballos, como los humanos, trabajan con electricidad. Cuando un caballo padece de estrés o sufre lesiones o enfermedades, las células se dañan. La microcorriente reactiva las células dañadas a su estado normal”, indicó Stobie, quien cuenta con dos años trabajando en el hipódromo Camarero.

Stobie dijo que las sesiones de tratamiento pueden durar entre 30 minutos y una hora a un costo de 40 dólares o más.

“Los caballos son mi vida. Estoy 24 horas disponible para trabajar con ellos”, apuntó.