Mientras era presidente de la Comisión de Boxeo Profesional de Puerto Rico, José “Toto” Peñagarícano repitió el mismo discurso hasta el cansancio. Nunca fueron suficientes las veces que dijo en conferencias de prensa que el grupo que lideraba estaba muy por encima de las demás comisiones en Estados Unidos.

Sí, tal vez era una exageración, pero para Peñagarícano fue una realidad. Sin embargo, los cambios dentro de la Comisión de Puerto Rico para mejorar su funcionamiento fueron mínimos -por no decir cero- y las ideas dirigidas a proteger a los boxeadores brillaron por su ausencia.

La Comisión Atlética de Nueva York, en cambio, está dando unos pasos que podrían servir de ejemplo a otras jurisdicciones. A principios de septiembre de 2016, entró en vigor una ley que aumenta drásticamente las cubiertas de los seguros que se les requiere a los promotores para así presentar carteleras a lo largo y ancho del estado.

 Ahora, la ley estipula que deben tener una póliza mínima de $1 millón por cada boxeador en la eventualidad de que sufra una lesión cerebral. Aunque los promotores han pataleteado sobre la medida por los costos que les representa, la realidad es que luce como un mal necesario.

El puertorriqueño Prichard Colón se encuentra en una precaria situación debido a los elevados gastos médicos que pesan sobre la familia desde que el joven está en coma, precisamente, por recibir golpes en la nuca durante una pelea. Una póliza de $1 millón, ciertamente, ayudaría a aliviar las preocupaciones. Desgraciadamente, el combate fue en Virginia y no en Nueva York.

En Puerto Rico, las prácticas generan serias preocupaciones. Según el reglamento vigente de la Comisión de Boxeo, un promotor “deberá obtener y entregar un seguro médico que cubra a los boxeadores en una cartelera de boxeo”.

Pero, ¿qué cubre ese seguro médico? ¿Cuán abarcador es?

Peter Rivera, vicepresidente de PR Best Boxing Promotions, explicó que paga por varias pólizas cada vez que la empresa organiza una función.

“Se supone que tengamos unas pólizas según el tamaño lugar del evento y eso incluye seguros de responsabilidad pública. Además de unos seguros médicos por si atleta sufre una cortadura y es necesario llevarlo a un hospital”, dijo.

Rivera sostuvo que el costo del seguro podría ascender a $3,000 por evento, a menos que durante el programa boxístico se lleve cabo una pelea de título mundial que conllevaría llenar un seguro que de vida que los propios organismos proveen. Las cubiertas son entre $50,000 y $100,000. Sin embargo, advirtió que, a su juicio, los comisionados puertorriqueños no se esmeran por velar para que se cumplan con los requisitos mínimos.

Mientras tanto, Manuel “Quique” Román, presidente de Red Carpet Promotions, presentó un panorama que levanta una bandera roja.

“La única póliza que tengo es del Fondo del Seguro del Estado. Es la que me exige la Comisión. Mientras el boxeador esté incapacitado para trabajar se le cubren unos gastos médicos. El boxeador es un contratista independiente y el Fondo cubre todo eso. En el caso de las peleas titulares, el organismo tiene unas pólizas $25,000 o $50,000”, compartió Román.

“Cubre a cualquier boxeador sufre alguna lesión, pero también sabe que es un deporte de alto riesgo”, agregó.

Román también paga un seguro de responsabilidad pública a favor de la cancha o el coliseo del evento en la eventualidad de que un patrocinador (público) sufra un accidente o lesión dentro del local.

El reglamento de la Asociación de Comisiones de Boxeo (ABC, por sus siglas en inglés), estipula que todos los púgiles deben estar bajo cobijados una aseguradora médica en la eventualidad de que sufran algún tipo de lesión durante un combate. Asimismo, recomienda una cubierta de $100,000 por boxeador en caso de muerte. La cubierta mínima sugerida es de $10,000 para gastos médicos y $10,000 por muerte accidental para cada boxeador en el cartel. El promotor debe proveer copia del seguro a la comisión previo al evento boxístico.

“En Puerto Rico es obligatorio, es una ley por si le pasa algo con un boxeador. Hay que tener un seguro del local y médico, pero la Comisión no está pendiente a nada de eso”, destacó Rivera.

Es una desgracia que la Comisión de Boxeo de Puerto Rico solamente requiera un mero seguro médico y, peor, que no sea más riguroso en el cumplimiento de su propio reglamento, si el reclamo de Rivera es cierto. En efecto, los boxeadores colocan sus vidas en riesgo cada vez suben a un ring y son conscientes de las posibles consecuencias del castigo al que se exponen.

Sin embargo, eso no significa que los comisionados se deben hacer de la vista larga en cuanto a sus responsabilidades y obligaciones. Es hora que los actuales miembros expendan sus horizontes, presten atención a los cambios en Nueva York, los estudien y los imiten por el bien de los atletas con sueños, metas y aspiraciones. 
Solo así, tal vez, Peñagarícano algún día tenga razón.