El reglamento de la Comisión de Boxeo Profesional de Puerto Rico es  letra muerta. Al menos, esa la impresión que han dejado los comisionados que cuya estadía se ha prolongado más de lo debido.

Durante el periodo desde enero de 2013 hasta el presente, la negligencia, falta de transparencia y el exceso de dejadez han sido la costumbre. Y el más reciente incidente en medio de una pelea de boxeo rentado así lo demuestra.

El pasado 4 de marzo la empresa Universal Promotions presentó una cartelera en el coliseo Rubén “Rube” Hernández en Gurabo. El trío de comisionados Dommys Delgado Daniel Cabán y Hermán Colberg estuvieron presentes -según la hoja oficial provista con los resultados- para supervisar la función. Sin embargo, fracasaron malamente en sus intentos por  cumplir con una de sus primordiales sagradas: asegurar que los boxeadores compitan en un ambiente justo.  

El púgil Samuel “Samito” Santana compartió un escrito en las redes sociales señalando unas irregularidades que, sencillamente, no debieron ocurrir.

Víctor Siebens –mejor conocido como Metal- estuvo ubicado a poca distancia de uno de los jueces que observaron el pleito contra Andre Byrd para, según Santana, vociferar instrucciones el boxeador estadounidense. Para colmo, Siebens transmitió el pleito en las redes sociales a través de un teléfono móvil a pesar de que DirecTV pagó por los derechos del evento.

¿Qué hacían los comisionados mientras tanto? Solamente una de tantas interrogantes que esperan por respuestas.

La proliferación de páginas dedicadas al boxeo es evidente y, hasta cierto punto, podría ser beneficioso. Los medios tradicionales carecen del espacio, tiempo y personal para cubrir todos los eventos que se llevan a cabo. Ni hablar de escribir notas sobre los boxeadores.

Sin embargo, acciones similares a las de Siebens laceran el trabajo que necesitan llevar a cabo los colegas periodistas y blogueros serios.