Ayer se cumplió el décimo aniversario de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Atenas, Grecia.

A pesar de que los Juegos fueron exitosos a nivel deportivo, las opiniones están divididas en cuanto al gasto excesivo del gobierno griego para la preparación del evento y sus repercusiones en la aguda crisis económica que sufre Grecia desde hace varios años.

Especialmente, muchos medios internacionales han reseñado cómo muchas de las instalaciones deportivas están en ruinas o se convirtieron poco después del 2004 en los llamados elefantes blancos: edificios enormes que han quedado abandonados y no se han adaptado para ser utilizados para lo que fueron construidos o para otros fines.

En el caso de Puerto Rico, hubo un fuerte movimiento que aspiraba a que los Juegos del 2004 se celebraran en la Isla. Al ver el caso de Grecia, es inevitable cuestionar qué hubiera pasado con la economía puertorriqueña y las instalaciones construidas si finalmente la Isla hubiera sido sede de las Olimpiadas 2004.

Varios expertos consultados, y que estuvieron involucrados en la iniciativa de Puerto Rico 2004, coinciden en que nuestro caso pudo haber sido muy distinto.

“Nosotros hubiéramos hecho algo más humilde. Los griegos hicieron una barbaridad, levantaron muchos elefantes blancos. Por ejemplo, unos estadios de béisbol espectaculares que están abandonados porque allá no juegan béisbol”, expresó Héctor Cardona, presidente del Comité Olímpico de Puerto Rico (Copur) en ese entonces y actual presidente de la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe (Odecabe).

Para Cardona, si los Juegos se hubieran celebrado en suelo boricua, hubiera sido más beneficioso en términos de instalaciones como mejoras al aeropuerto y a las carreteras, por mencionar algunos aspectos.

“Nosotros no hubiéramos hecho barbaridades”, insistió Cardona, quien catalogó el caso griego como una enseñanza para el montaje de justas deportivas posteriores.

El economista José Alameda, quien fue parte del grupo que preparó un informe tanto para los planes del 2004 como para los Centroamericanos de Mayagüez 2010, explicó que la mayor falla en Atenas fue que no hubo un plan de uso de las instalaciones una vez concluyeran los Juegos.

“Lo más importante, como se hizo en Mayagüez, es hacer un plan de reúso de las instalaciones. Por ejemplo, el (estadio Isidoro) ‘Cholo’ García necesitaba una reconstrucción y todavía se utiliza, al igual que la piscina del Colegio (UPR de Mayagüez) y el Paseo Litoral, que era un foco de prostitución y delincuencia”, dijo Alameda en conversación telefónica con Primera Hora.

El economista explicó que para la iniciativa del 2004, se realizó un estudio económico que incluía un plan de reutilización de las instalaciones y que Puerto Rico tenía los recursos y la infraestructura suficientes para montar los Juegos, aunque aceptó que es muy difícil especular qué hubiera pasado en términos económicos o si la deuda del gobierno puertorriqueño sería mayor que en la actualidad.

“La gente me pregunta si las Alianzas Público-Privadas son buenas. Pues depende de lo que se ponga en el papel y lo que se haga”, analizó Alameda. “Lo mismo con el tren urbano, es bueno, pero se gastó mucho y hubo mucha corrupción”.

Entonces, la misma respuesta daría el economista para la pregunta de si hubiera sido beneficioso ser sede de las Olimpiadas hace 10 años.

“Depende de qué y cómo hubiesen hecho después. Los edificios se pueden reconvertir, pero es necesario un plan de desarrollo”, añadió Alameda, quien realizó un estudio sobre los usos posteriores de las instalaciones construidas para Mayagüez 2010.

“En el caso de Atenas y los estadios de béisbol, pues tenían que planificar desde antes hacer un programa de béisbol, si no lo juegan, o reconvertirlo en un estadio de fútbol”, concluyó Alameda a manera de ejemplo.