La vida de David Bernier dio un giro de 180 grados en la pasada semana.

De estar encaminado a presidir el Comité Olímpico de Puerto Rico (Copur) por cuatro año más, el pasado jueves Bernier terminó como el designado secretario de Estado para el próximo cuatrienio, el segundo puesto más importante de la Rama Ejecutiva luego del gobernador electo, Alejandro García Padilla.

Ayer, el rostro de Bernier delataba el mar de emociones al cual fue expuesto en la pasada semana. El cansancio era evidente, pero también se percibía el entusiasmo por lo que se avecina. Sobre su futuro como secretario de Estado y su legado en el Copur, Bernier conversó ayer con Primera Hora.

¿Cómo describirías ese debate interno al momento de decidirte entre la Secretaría de Estado y la presidencia del Copur?

Fue un proceso de emociones mixtas, pero identifiqué que era una gran oportunidad para poder adelantar las cosas en las que yo creo, sobre todo, desde el punto de vista social, incluido el Comité Olímpico. Pero, evidentemente, era obligada la reflexión, la pausa, porque realmente el Comité Olímpico está a punto de dar los pasos más importantes de las últimas décadas y se perfila un ciclo olímpico de muchas posibilidades. Pero, por otro lado, también era consciente de que una oportunidad como la que sorpresivamente se ofrecía me iba a dar la posibilidad de, además de adelantar la agenda del Comité Olímpico, impactar la vida de muchos puertorriqueños.

¿Qué elementos de la secretaría fueron los que hicieron más peso?

Siempre fui enfático en que no iba a estar una vida en el Comité Olímpico. Una de mis primeras enmiendas fue que nadie pudiera estar en el Comité Olímpico más de ocho años. Además, no me gusta estar mucho tiempo en los sitios, uno hace su gestión y continúa su vida. Entendía que habíamos cerrado un ciclo (…). Me sentía realizado en la gesta, con el legado del Comité Olímpico, y surge esta oportunidad, que no podía calendarizar, no podía decir: “Ahora no y hablamos en cuatro años”. Son coyunturas en la vida en las que tienes que seguir tu instinto.

¿Qué te quedó por hacer en el Copur?

La medalla de oro olímpica. Pero eso le queda a la institución, yo nunca personalicé mi gestión allí. Yo les he hablado siempre a los compañeros delegados que tenemos que tratar, por todos los medios, de que la institución corra de manera saludable y efectiva, independientemente de quién sea el proceso. Por eso, la estructura del organigrama, por eso, hemos trabajando tan duro en el reglamento y nos hemos fortalecido tanto a nivel corporativo. Más allá de quién esté, me daría mucha alegría que parte de mi legado sea que esa institución pueda correr sola.

Cuándo se mire hacia atrás, al pasado ciclo olímpico, ¿cómo quieres que te recuerden?

Como alguien que puso los mejores años de su vida al servicio del olimpismo y el deporte. He dedicado los pasados ocho años al trabajo olímpico, lo he hecho con determinación, con desprendimiento y con mucho sentido de agradecimiento por lo que el deporte hizo por mí. Y yo quisiera que cuando esa historia sea repasada, se puedan repasar esos ocho años de gestión al frente del Departamento de Recreación y Deportes y del Comité Olímpico como una aportación de un puertorriqueño que está convencido de que el deporte es la forma más efectiva para rescatar a nuestro país.

¿Es este el camino, el político, en el cual te visualizas por muchos años?

A veces esa palabra política podría tener distintas connotaciones, yo lo veo más como servicio público. En el servicio público voy a estar siempre, como mi mamá, que tiene sobre 70 años y sigue siendo empleada del CDT en Arroyo y es una servidora pública. Como mi papá, que lleva más de 30 años dando clases. Y yo creo que voy a ser un servidor público siempre, ya sea como dentista, como secretario del deporte, como presidente del Comité Olímpico o ahora como secretario de Estado. Me satisface ver que mi gestión, de una forma u otra, hace feliz a otros.

¿Qué tiene este gobierno que te hace pensar que será exitoso en los próximos cuatro años?

Lo más importante que el gobernador (García Padilla) ha comenzado a hacer, y que tiene que aplaudir el pueblo de Puerto Rico, es su disposición a incluir, dentro de ese equipo, personas de todos los sectores. Es una evaluación de capacidades, independientemente de que puedan tener mentalidades diferentes, y eso es fundamental.

¿Te han llamado atletas?

Claro, los atletas son mis amigos. Hemos desarrollado una amistad muy bonita y los convoqué para el próximo martes, voy a tener un almuerzo con mis atletas.

¿Cuál ha sido la respuesta de ellos?

Ellos tienen una mezcla de alegría por mí, se alegran de que esté tomando este paso. Pero, a la vez, siempre me plantean que hubieran querido que yo estuviera con ellos en todo este proceso. Pero van a tener un secretario de Estado pendiente de ellos 24/7, y disponible para lo que haga falta.

¿Te decepcionaría que Puerto Rico gane una medalla de oro en Brasil y no fueras parte de eso?

Yo voy a ser parte de eso. Todos los que hemos sido parte, don Germán Rieckehoff (QEPD), Osvaldo Gil, Héctor Cardona, David Bernier, José Enrique Arrarás... todos los que hemos sido presidentes vamos a ser parte de esa medalla histórica. No es cuestión de quién esté al frente, al final son las aportaciones, sin las cuales sería imposible que Puerto Rico estuviera en unas Olimpiadas. Vamos a ganar oro en Brasil, y cuando se la pongan en el cuello a nuestro atleta, donde yo esté, voy a poner la mano en el corazón y voy a cantar La Borinqueña.