El tenismesista Brian Afanador está hoy tarareando la pegajosa canción de Marc Anthony, ‘Valió la pena’. Y lo está haciendo lleno de felicidad.

“Eso es lo que tengo. Una felicidad grande”, dijo el utuadeño que el sábado se coronó campeón del Abierto de Luxemburgo al derrotar en la final del evento al sueco Simon Suderlund por 4-1.

La felicidad no es para menos. El triunfo en el evento del calendario de la Federación Internacional de Tenis de Mesa (ITTF) es el primero de su carrera en ese tipo de campeonato, con lo que iguala a su prima Adriana Díaz como los únicos boricuas que han ganado abiertos internacionales. Fue además el primer evento de la categoría adulta en el que avanza hasta fases cuartos de final, semifinal y final.

“Es un triunfo que me deja saber que todo el esfuerzo del verano valió la pena. Fue beneficioso las muchas veces que nos quedamos entrenando hasta las 10:00 de la noche. Valió la pena dar la milla extra”, dijo Afanador por vía telefónica desde París, Francia, explicando que muchas veces tuvo que extender los entrenamientos con su padre Eladio Afanador  en Utuado porque la humedad creada por las lluvias que caen en el área generan un efecto sobre las gomas de las raquetas que afectan la manera que el tenismesista puede provocar movimientos de las la pelota que ataca y en el deporte esa una de las cosas que más practican a diario.

Ahora bien, el esfuerzo ya le dio el mayor triunfo de su joven carrera y Afanador ahora espera que ello le ayude a mejorar considerablemente su posición en el ranking mundial.

“La expectativa puede ser de algunos 10 puestos. Pero me impulsa hacia la meta grande de meterme pronto en los mejores 100 para de ahí seguir trabajando. No vamos a parar hasta llegar a ser el número 1”, dijo Afanador, actualmente el 135 del mundo según el ranking de la ITTF.