Desde que se anunció la posible asistencia del ex campeón peso pesado de UFC y actual luchador profesional en WWE, Brock Lesnar, al evento de UFC-168 el pasado mes de diciembre, los rumores han estado flotando constantemente acerca de un posible regreso a las artes marciales mixtas.

Máxime cuando las teorías de conspiración apuntan a que con el ‘descanso indefinido’ del ex monarca welter Georges St. Pierre y con la terrible lesión sufrida por el ex campeón mediano Anderson Silva durante ese cartel – ambos los principales vendedores de evento de pague-por-ver de UFC, la compañía está sedienta de un peleador que pueda ser una atracción grande en lo que desarrollan otras estrellas que se identifiquen masivamente con el público.

El pasado jueves en la madrugada, el presidente de UFC, Dana White rompió el silencio y admitió haber estado en conversaciones con el fornido peleador de 6’4”de estatura y 285 libras, a pesar de que éste está pautado a ver acción en la WWE en los próximos tres meses, incluyendo en el cartel anual de WrestleMania en Nueva Orleans.

“¿Quién sabe si regresa? Brock y yo hablamos de vez en cuando. Recientemente, Brock me dijo que se había quedado con cierta espinita durante su experiencia en MMA. Sufrió de problemas estomacales mientras estuvo activo (en UFC) y me dijo que nunca estuvo a un 100 por ciento”, dijo White en referencia a Lesnar, quien padeció de diverticulitis, particularmente al final de su carrera en MMA en el 2010 y 2011.

Lesnar, quien reinó como campeón nacional de lucha aficionada en la NCAA por dos años fue luego reconocido en la WWE (entre 2002-2004) como uno de los más luchadores profesionales más odiados en su momento por su percibida arrogancia y su imagen invencible. Pero en  el 2008 dio el salto al escenario de peleas legítimas de MMA, optando por debutar en UFC, donde llegó a ser campeón peso pesado para su cuarta pelea tras noquear al veterano Randy Couture en UFC 98 ese año.

Desde ese entonces, Lesnar también se había convertido en la gran figura de UFC, la versión de Floyd Mayweather en el MMA, el tipo que todo el mundo quería ver que le patearan el trasero y lo derrotaran. Y más con su personalidad imponente y sus entrevistas agresivas, tal y como solía hacer en la lucha libre.

Por eso no fue sorpresa que para su segunda pelea con Frank Mir en UFC 100 la compañía estableció su marca récord de PPVs al tener sobre 1.6 millones de ventas en ese evento.

Pero ahí fue que la diverticulitis (inflamación en los intestinos) comenzó a afectarle severamente, al punto de tener que estar un año completo fuera de acción entre el verano de 2009 al verano de 2010. A su regreso lució mucho menos musculoso y lento, apenas pudiendo derrotar a Shane Carwin y, posteriormente, perdiendo su correa ante Velásquez.

De hecho, Mir llegó a opinar que si el Lesnar que él enfrentó en UFC 100 se hubiera enfrentado a Velásquez, no había forma que le hubiesen ganado.