Mucho ha cambiado en la vida de Carlos Delgado desde que colgó los spikes en el 2009, pero entre las constantes se encuentra su labor filantrópica.

Por duodécimo año consecutivo, Delgado y la fundación Extra Bases dieron la mano a varias instituciones benéficas dedicadas a trabajar con niños y jóvenes necesitados. Ayer, Delgado entregó personalmente una donación de $150,000 que se repartió entre 10 instituciones.

En la actividad, realizada en la Universidad del Sagrado Corazón, el propio Delgado donó $100,000 de su bolsillo a la fundación. “El que no juegue pelota no quiere decir que se acabó la necesidad. Esto fue un compromiso que hice hace mucho tiempo. Llevamos 12 años con la fundación y he sido bendecido”, expresó ayer Delgado.

Desde su retiro del diamante, Delgado continúa residiendo en la Isla, lo que le ha permitido adentrarse más en las necesidades de las distintas instituciones. Asimismo, el ex toletero reconoce que en el presente, con la débil situación económica local, buscar los auspicios es un reto.

“La situación económica está un poco más apretá y hay que buscar de donde no hay. Pero esto me permite visitar los centros, conocer gente y las organizaciones. A veces llegas a sitios que tú pensabas que nunca ibas a llegar. De cierta manera, te puedes identificar con ellos y seguir ayudando”, relató Delgado.

Aparte de aprovechar sus días de retiro para compartir con su familia, Delgado optó por seguir en el foco público y ha estado disponible en beneficio del béisbol. En días recientes, visitó Panamá como embajador de las Grandes Ligas y ofreció clínicas.

“Si tú te quieres retirar y nunca más darle a una bola o dar una clínica, esa es tu decisión. A mí me gusta la pelota, me gusta estar envuelto, pienso que la niñez es importante. Pienso que esta generación va a ser el futuro del país. No necesariamente los próximos peloteros de Grandes Ligas, sino mejores ciudadanos”, concluyó el aguadillano.