Posiblemente no haya un luchador rudo puertorriqueño con trayectoria más notoria que José Laureano, mejor conocido como Chicky Starr, a quien le dedicarán este sábado la edición 41 del Aniversario de la World Wrestling Council en la cancha Héctor Solá Bezares de Caguas.

Por casi cuatro décadas, Starr figuró como el principal antagonista de Carlitos Colón y el Invader durante la época dorada de la lucha libre local en los años 80 y ha sabido extender su presencia hasta el día de hoy gracias a su excelente capacidad detrás del micrófono y a su estilo original de conducirse. ¿Pero de dónde surgió este personaje y cómo se desarrolló?  Primera Hora se sentó con Chicky Starr y lo averiguamos.

¿De dónde sale el nombre Chicky Starr?

De niño me decían ‘Chiquitín’. Luego de adulto se convirtió en ‘Chicky’. Lo que faltó fue añadirle el ‘Starr’ de ‘estrella’ pero con una ‘r’ adicional para ser único. Ahí nació el personaje de Chicky Starr en 1972, cuando entré a la lucha libre en compañías independientes, pues si utilizaba mi nombre de pila, José Laureano, no sería tan llamativo. Y entonces en 1982 hice mi debut en la WWC.

¿Cuál consideras el principal feudo de tu carrera?

Ciertamente tiene que ser el que tuve con el Invader, que duró como 10 años. Fue un ángulo bien llevado desde el inicio, pues era el pupilo del Invader y eventualmente llegué a ser bastante bueno. Solo que llegó un momento que visualizaba que el Invader se había convertido en una muralla y no me dejaba progresar, así que el estudiante terminó retando a su maestro. Todo culminó con una memorable traición en donde ensangrenté al  Invader al atacarlo a traición con unas cadenas y dejarlo tirado en el piso. Fue el inicio de una de las mejores historias en la lucha libre en Puerto Rico. 

Y de ser cuarto o quinto en la lista de luchadores técnicos, te convertiste en el principal rudo del país...

Por cada Invader o Carlitos Colón hacía falta un Chicky Starr que sirviera de antítesis y supe aprovechar eso. Tenía buenas destrezas detrás del micrófono y siendo rudo, ahora tenía libre albedrío para insultar e improvisar haciendo de las mías. Logré que la gente me odiara y eso fue importante para atraer a los fanáticos a las canchas y desearan ver que me dieran una lección. 

Muchas veces no solo levantabas ronchas como luchador, sino también como manejador.

Me diversifiqué. Creé la ‘Corporación Starr’ para rivalizar con el ‘Ejército de la Justicia’ que tenían Carlos Colón y el Invader en los 80. Traje muchos luchadores como Abdullah The Butcher, ‘Rambo’ Ron Starr, ‘Sadistic’ Steve Strong, Jason ‘el Terrible’, Hércules Ayala y los Texas Hangmen para hacerles la vida imposible. Y también creé la sección del ‘Chicky Starr Sports Club’ para mis entrevistas. 

“En muchas luchas intervenía como manejador y les costaba la victoria a los técnicos sin que me pudieran tocar un pelo. Eso enfadaba a los fanáticos, que se quedaban con las ganas de verme coger una golpiza. No era hasta como tres o cuatro meses más tarde que por fin el Invader o Carlos Colón conseguían tenerme dentro del ring. Para ese tiempo llegué a estar tan pegao que fui escogido como Manejador del Año por una publicación en Estados Unidos. 

Luchaste mucho en parejas durante tu carrera. ¿Quién fue tu mejor compañero?

Tuve buenas corridas con Rambo Ron Starr y Jason el Terrible, pero sin duda mi mejor compañero fue Víctor “The Bodyguard” Rodríguez. Dentro del ring tuvimos grandes batallas a fines de los 90 en la WWC y  luego en la IWA. Pero, ante todo, fue mi compadre, siendo padrino de mi hija menor. Lamentablemente falleció, pero sus hijos son como mis hijos y siempre mantengo contacto con toda su familia.

¿Qué piensas del la dedicatoria que te harán en Aniversario 41?

Para mí es el equivalente a una exaltación al Salón de la Fama de la lucha libre en Puerto Rico. Es lo más grande después del nacimiento de mis hijos, un gran orgullo para mí y un reconocimiento a mi trayectoria en este negocio. Y claro (entrando en su personaje), este es un premio que siempre me he merecido y aquí está la prueba.