LANSING, Michigan. El médico deportivo Larry Nassar pasará el resto de su vida en prisión por abusar sexualmente de numerosas gimnastas, pero el escándalo está lejos de terminar en la Universidad Estatal de Michigan. Víctimas, legisladores y una jueza exigen saber por qué esa institución no puso fin a los abusos hace años. 

Algunos comparan ya lo ocurrido en Michigan State con el escándalo que destrozó la imagen de Penn State, donde tres altos directivos, incluido el rector, fueron condenados a prisión el año pasado por no alertar a las autoridades sobre las acusaciones de abuso sexual que se hacían a Jerry Sanduski, coach del equipo de fútbol americano. 

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Nassar, de 54 años y exintegrante del equipo de medicina del deporte en Michigan State, ha admitido que penetró con los dedos a varias gimnastas de elite y otras deportistas que lo habían consultado para tratar lesiones. 

Algunas de las más de 150 mujeres y niñas que acusaron a Nassar contaron que se habían quejado ante el equipo médico, un consejero del campus y el entrenador de gimnasia para mujeres, incluso desde la década de 1990. 

En Michigan, el hecho de que ciertos profesionales no reporten un presunto caso de abuso infantil es un delito menor que se castiga hasta con tres meses de cárcel y 500 dólares de multa. 

Lou Anna Simon, quien renunció como rectora de Michigan State el miércoles ante las presiones, aseguró que “no hubo encubrimiento”. Pero la universidad solicitó la semana pasada que el secretario de justicia de Michigan realizara una revisión. 

Y el miércoles, cuando le impuso a Nassar una pena de entre 40 y 175 años de prisión, la jueza Rosemarie Aquilina instó a realizar “una amplia investigación sobre por qué hubo esta inacción y este silencio”. 

 Jennifer Paine, abogada de Michigan especializada en leyes de protección a la infancia, consideró probable que haya argumentos para acusar a algunos miembros del personal de Michigan State, por no reportar lo que decían las víctimas. Paine no está relacionada con el caso de Nassar. 

“La obligación de reportar no significa nada, a menos que la gente la cumpla. Por eso está ahí”, comentó. 

Salvo Nassar, nadie ha sido acusado por este escándalo. 

John Manly, abogado que representa a más de 100 víctimas en sus demandas, dijo que Michigan State, la federación estadounidense de gimnasia y el comité olímpico de Estados Unidos “les fallaron miserablemente a las niñas”. Nassar era médico de la selección de gimnasia, que incluía a las competidoras olímpicas. 

“Ellos tuvieron una oportunidad. En vez de ser Penn State, podían ser un modelo de cómo manejar esto”, indicó Manly. “Es demasiado tarde. Ahora esto no puede remediarse”.