La preocupación que tiene el cardiólogo Luis Molinary en torno a los casos de muerte súbita en el país, que no han sido debidamente documentados, lo ha llevado a unirse a otros profesionales de la salud para ofrecer seminarios para ayudar a prevenir y manejar esta condición mediante la administración de resucitación cardiopulmonar (CPR, por sus siglas en inglés) y el uso del desfibrilador.

El primer taller fue ofrecido a un grupo de entrenadores del Baloncesto Superior Nacional (BSN). Sin embargo, Molinary desea llegar a más personas y organizaciones, particularmente las que están relacionadas con los deportes, pues sabe que muchas vidas pueden ser salvadas.

“La idea surgió de mi relación con el deporte y de lo que he visto en muchos torneos, que los jugadores colapsan y muchas personas no saben qué hacer”, declaró el galeno.

La Fundación Española del Corazón define la muerte súbita como la aparición repentina e inesperada de una parada cardiaca en una persona que aparentemente se encuentra sana y en buen estado.

“Su principal causa es una arritmia cardiaca llamada fibrilación ventricular, que hace que el corazón pierda su capacidad de contraerse de forma organizada, por lo que deja de latir. La víctima de muerte súbita pierde en primer lugar el pulso, y en pocos segundos, pierde también el conocimiento y la capacidad de respirar. Si no recibe atención inmediata, la consecuencia es el fallecimiento al cabo de unos minutos”, añade el organismo en su portal de internet.

Cuando entrar en acción

Molinary explicó que cuando una persona se encuentra con alguien que se desploma, lo primero que tiene que hacer es preguntarle si está bien, “para ver el nivel de conciencia”.

“Este debe ser el primer acercamiento para saber el nivel de conciencia. Si te responde, sabes que está vivo”, dijo.

Si la persona no responde, hay que verificar si tiene pulso. En caso de que no haya, se le debe administrar CPR y usar un desfibrilador, que no es otra cosa que un dispositivo capaz de administrar una descarga eléctrica al corazón a través de la pared torácica.

El CPR combina respiración boca a boca y compresiones cardíacas. La respiración boca a boca suministra oxígeno a los pulmones de la persona, mientras las compresiones cardíacas mantienen la sangre oxigenada circulando hasta que se puedan restablecer la respiración y las palpitaciones cardíacas.

“Los primeros cinco minutos después que una persona desfallece son los más importantes. Si la gente puede identificar y manejar estos casos, se pueden salvar vidas. Para esto no se tiene que ser un médico. De hecho, no es nada complicado”, puntualizó el doctor.

Los interesados en tomar este taller pueden comunicarse a los siguientes números: 787-786-2412, 787-221-8252 y 787-620-2228.