El vegabajeño Juan “Igor” González alcanzó la fama repartiendo batazos en Arlington, Texas, como integrante de los locales Vigilantes en el béisbol de las Grandes Ligas.

Hoy día, casi 10 años después de que Igor hiciera de las suyas en Texas, otro Juan González se abre espacio a través del deporte en el llamado Estado de la Estrella Solitaria. Se trata de Juan González Jr., hijo del ex toletero y quien es jugador defensivo de football americano para los Texans de Tarleton State University, institución que compite en la División II de la National Collegiate Athletic Association (NCAA).

González, de 21 años –y quien lleva por segundo nombre el apodo de su padre, Igor– recién completó su segunda temporada con los Texans. De hecho, Tarleton State está localizada en Stephenville, una ciudad que, en automóvil, queda a cerca de dos horas de distancia de Arlington, donde el joven se crió junto a su madre, Jackie González. Jackie fue la segunda esposa del ex dos veces Jugador Más Valioso de la Liga Americana.

Ahora, González intenta labrar su propio legado en Texas. “El béisbol fue mi primer deporte”, admitió González en entrevista telefónica con Primera Hora. “Pero aquí todo el mundo ve football, especialmente los sábados. No tardé mucho en darme cuenta que el béisbol no era para mí”, añadió.

El joven atleta es parte clave de la defensa de los Texans como defensive tackle. En la pasada temporada, Tarleton State terminó con marca de 6-4 y González jugó en todos los partidos, en los cuales acumuló 15 tackles. Su estatura de 6’4’’ y su peso de alrededor de 275 libras lo hacen una gran presencia en la línea defensiva. Pero su talento en este deporte llegó luego de una niñez a la sombra de uno de los mejores peloteros en la historia de los Vigilantes.


“Sí, aprendí de él. Me llevaba al parque, a los partidos, y yo me sentaba a mirar. Trataba de ser como él”, recordó González. Y aunque el joven no le siguió los pasos a su padre en el béisbol, sí espera hacerlo en otras facetas de su vida. “Admiro lo que hace fuera del terreno, sus labores humanitarias. Sé que ha hecho grandes cosas, así que siempre trato de aprender, realmente quiero ser como él. Nunca se puede olvidar de dónde vienes y hay que ayudar a las personas de la mejor manera que puedas”, reflexionó González, quien estudia mercadeo en Tarleton State y sueña con seguir ligado al deporte, ya sea como jugador profesional en la NFL o empresario.

La relación con su padre, según González, es “muy buena” y aseguró que visita Puerto Rico una o dos veces al año. “No lo veía mucho cuando era pequeño, pero cuando crecí comenzamos a hablar más. Ahora somos los mejores amigos. Voy a Puerto Rico una o dos veces al año, jangueo con él”, dijo González, quien habla “un poco” de español y tiene sus gustos por la Isla.

“Las chicas”, dijo en tono de broma. “Me gusta el clima y todo el mundo es bien amigable. La comida es buena, especialmente la que cocina mi abuela”.

Un modelo a seguir

El linaje deportivo de González no es un secreto en Tarleton State. De hecho, son muchos los rasgos heredados de Igor que han ayudado al joven dentro del campo.

“Es bastante grande, fuerte, es muy atlético. Es un muchacho de músculos sólidos, pero tiene las mismas habilidades atléticas que su papá” , expresó el dirigente de los Texans, Cary Fowler, al conversar con este diario.

Fowler, quien lleva tres años al frente del equipo, le dio la oportunidad a González en Tarleton State y rápido notó unos atributos importantes fuera del campo. “Lo más que sobresalió de Juan fue su deseo por jugar este deporte. Juan probablemente fue un desarrollo tardío, al menos físicamente. Saliendo de escuela superior, nadie le dio una oportunidad, y nosotros lo hicimos. Desde que conocí a Juan por primera vez, ha cambiado su cuerpo y le di la oportunidad. Y no ha decepcionado. Ha dado un paso al frente, le quedan dos años y esperamos grandes cosas de él”, destacó el dirigente.

Sobre sus expectativas con el atleta, Fowler espera que, en sus próximos dos años, alcance el estatus de jugador all conference o, incluso, all american.

Además, Fowler recordó que Tarleton State, a pesar de ser una institución de segunda división, ha producido cuatro jugadores de NFL, por lo que no descarta que González, algún día, alcance ese sueño.

Sobre la presión que podría suponer el ser hijo de una megaestrella deportiva en Texas, Fowler siempre le dio el mismo consejo a González. “Le dije que tenía que construir su propio legado. Y Juan es así mismo, él no quiere vivir a la sombra de su papá. El quiere ser Juan González hijo. Y creo que ha hecho eso”, culminó Fowler.