MASON, Ohio  — Esta pudiera ser una semana grande para Angelique Kerber en el torneo de Cincinnati, donde tiene la oportunidad de convertirse en la número uno del mundo del tenis femenino.

Todo lo que tiene que hacer la alemana es ganar un certamen donde su mejor resultado fue finalista en 2012.

"Qué puedo decir", dijo Kerber, actualmente segunda en la clasificación mundial, debajo de Serena Williams. "Falta mucho. No estoy pensando en eso. Alguien me lo dijo el lunes, pero estoy tratando de no oírlo".

"Todo el mundo sueña con ser número uno. Yo lo daría todo para alcanzarlo", agregó.

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Kerber pudiera convertirse en la primera mujer, aparte de Williams, en encabezar el escalafón desde Victoria Azarenka en febrero de 2013. Su camino se volvió más fácil cuando Williams, número uno durante 183 semanas consecutivas y 306 en total, se retiró del torneo el lunes a causa de una lesión en un hombro.

Escalar a la cima extendería lo que ha sido un año mágico para Kerber, comenzando con el título del Abierto de Australia, la final en Wimbledon, donde perdió con Williams, y la medalla de plata en las Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

"Esa fue una semana especial", dijo Kerber acerca de Río, donde perdió ante la puertorriqueña Mónica Puig en la final. "Tuve muchas experiencias. El ambiente fue diferente que en un torneo normal. Tuve una gran semana. Gané una medalla. Ese era mi objetivo".

La alemana, segunda cabeza de serie, llegó a Cincinnati el lunes y se entrenó el martes. Luego de descansar en la primera ronda, jugará contra la ganadora del duelo entre la ucraniana Kateryna Bondarenko y la francesa Kristina Mladenovic, el miércoles. Kerber dice que estará lista, pese al apretado calendario olímpico.

"Tuve muchos partidos, día a día", dijo. "Me siento un poco cansada. Es diferente aquí que en Río, pero me siento bien. Solamente necesito un par de días para acostumbrarme a la cancha. Voy a estar lista mañana".