La polémica en la que se han visto involucrados el mariscal de campo Tom Brady y los campeones de la NFL, los Patriots de Nueva Inglaterra, sigue dando de qué hablar

El dueño de la franquicia, Robert Kraft, decidió aceptar las sanciones impuestas por la liga luego que una investigación reveló que dos encargados de la propiedad del equipo desinflaron los balones utilizados para un partido en el juego de campeonato de la American Football Conference (AFC) contra sus rivales, los Colts de Indianápolis.

La investigación reveló que Brady, con toda probabilidad, tenía conocimiento que los balones de juego oficiales fueron desinflados a propósito para facilitar su manejo, tanto para Brady como para su cuerpo de receivers. Por tal razón, el comisionado de la NFL, Roger Goodell, le impuso al equipo una multa de $1 millón y le quitó la primera selección del sorteo de novatos del 2016, al igual que su turno de cuarta ronda del 2017. Como si fuese poco, Goodell suspendió a Brady por los primeros cuatro partidos de la venidera campaña 2015.

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Aunque los Patriots han sido sancionados en el pasado por violentar varias reglas de la liga, Brady, en términos generales, se distanció de las controversias y mantuvo intacta su, hasta entonces, intachable imagen de ser un caballero y competidor. Sin embargo, su implicación en el supuesto esquema y la suspensión de cuatro partidos (la cual está en proceso de apelar mediante la asociación de jugadores) afectó su imagen y la percepción del público a volver a confiar en él.

De acuerdo a una encuesta realizada por una compañía subcontratada por la empresa Marketing Arm (en la cual participaron 1,000 personas extraídas de un millón de personas alrededor de los Estados Unidos), y que mide ocho atributos de múltiples celebridades, Brady bajó de la posición 967 al puesto 3,027 (de un total de 3,686 celebridades incluidas) en cuanto a la confianza del público hacia su persona.

Por su parte, Brady también recibió un golpe significativo en la medición de cuán bien le cae el público; en febrero ocupaba el puesto 2,843, pero después del escándalo y las sanciones, descendió a la posición 3,570, al mismo nivel del rapero 50 Cent, el dirigente de los Jets de Nueva York, Rex Ryan, y la cantante Britney Spears.

Finalmente, Brady también bajó en el renglón de su credibilidad como portavoz para un producto o servicio al bajar del puesto 259 a la posición 2,333; del mismo modo, descendió del escalafón 123 al puesto 1,190 en su habilidad para influenciar a las personas.