Contrario a cómo las cosas se achican con la vista fija en un retrovisor, la principal meta de Mónica Puig para el 2016 se acercó poco a poco.

En seis meses, pudo mirarse en el espejo y llamarse olímpica.

La puertorriqueña atraviesa su mejor momento en el tenis luego de clasificar a los Juegos Olímpicos de Río para agosto el pasado domingo tras ubicarse en la posición número 49 en el escalafón mundial de la Asociación de Tenis de Mujeres (WTA, en inglés).

“Las Olimpiadas eran un  mero sueño al principio de año, porque estaba ni cerca de cualificar”, dijo Puig en una entrevista con el portal live-tennis.com como parte de su participación en el Abierto de Nottingham, en Inglaterra.

“Ahora estar adentro (de los Juegos)… ha sido una primera mitad de año surreal, así que ahora mismo estoy disfrutando el viaje”, agregó.

La joven de 22 años comenzó el 2016 apenas entre las mejores 100 del circuito. El camino a Río inició en grande con una final en el Abierto de Sidney en enero.

Con buenas actuaciones en competencias como Madrid y Roma, Puig se mantuvo en ascenso en el ranking hasta que la semana pasada igualó su mejor desempeño en el grand slam del Roland Garros después de alcanzar la tercera ronda.

Dicho desempeño fue suficiente para mantenerla entre la mejores 56 del mundo, límite de tenistas que pueden entrar a las Olimpiadas.

“Va a ser fuerte, pero en cada torneo tratas y vas por la victoria. Si no, más bien te puedes ir a casa. Solo estoy muy orgullosa del lograr el equipo”, expresó.

Con Puig, la delegación de Puerto Rico ascendió a 38 atletas, que incluye al vallista Javier Culson, los luchadores Jaime Espinal y Franklin Gómez, los tenismesistas Adriana Díaz y Jaime Afanador, el boxeador Jeyvier Cintrón, la fondista Beverly Ramos, la Selección Nacional femenina de voleibol, entre otros.

“Para mi país es bien importante. El hecho de poder añadir otro atleta a la delegación es genial. No tenemos muchos, no somos como Brasil o Argentina, por ejemplo, que tienen tantos atletas que van. Pero somos muy unidos, así que sé lo fuerte que han trabajado cada uno de los atletas en nuestra delegación. Es un honor para mí decir que hice el equipo olímpico de Puerto Rico, y poder disfrutar este momento con todos mis compañeros será muy especial”, relató.

Jugadora distinta

Mientras, Puig se encuentra sólida en el torneo de Aegon de Nottingham, donde es la cuarta sembrada y  jugará en los cuartos de final contra la austriaca Tamira Paszek (122).

El torneo es el inicio de su temporada en césped rumbo a Wimbledon.

“Tuve una pretemporada fuerte y un buen cambio de equipo después de Wimbledon el año pasado y eso me ayudó a transformarme en una persona diferente, en una jugadora diferente con una mentalidad diferente. Así que el éxito en esta temporada se debe mucho a eso porque realmente trabajamos duro. Hubo muchas lágrimas fuera y dentro de la cancha… solo el entrenamiento en el gimnasio, empujándome a pasar mis límites todo el tiempo. Eso me dio la confianza que necesitaba para  salir de lo que me aguantó el año pasado”, reflexionó.

La mejor actuación de Puig en Wimbledon fue durante su debut en el 2011 al arribar hasta la cuarta ronda.