De manera silenciosa, Mónica Puig Marchán ha estado recargando baterías en las pasadas semanas. El mes de junio no terminó de la mejor manera para la tenista puertorriqueña, pero si algo ha aprendido Puig en su corta carrera en el tenis profesional es que la paciencia es una virtud. 

Puig regresará esta semana al circuito de la Asociación de Tenis de Mujeres (WTA, por sus siglas en inglés) para competir en el torneo Bank of the West Classic que se celebra en Stanford, California. Los partidos del cuadro principal inician hoy, pero Puig enfrentará mañana a la española Carla Suárez-Navarro.

El enfrentamiento contra Suárez-Navarro, séptima sembrada en el torneo californiano, marcará el primer partido para Puig desde que cayó en la primera ronda de Wimbledon el pasado 24 de junio contra Madison Keys.  Fue una gran diferencia a su actuación en ese torneo hace un año, cuando avanzó a la cuarta ronda. La tempranera salida de Wimbledon resultó en que Puig cayera hasta la posición 69 luego de ocupar la número 41 en mayo. 

Relacionadas

La boricua, de 20 años, viajó de regreso a su hogar en Miami, donde compartió algunos días en familia. Hasta liberó el estrés visitando un parque de diversiones con su hermano Ricky, para luego retomar los trabajos con su técnico Ricardo Sánchez. En medio de los entrenamientos, realizó un viaje relámpago a Puerto Rico para participar de una conferencia de prensa en la que fue presentada como el nuevo rostro publicitario de una compañía automotriz. 

“Tuve unas muy buenas pasadas semanas. Luego de Wimbledon, me tomé algunos días para recargar las baterías”, expresó Puig a Primera Hora.  

“En las pasadas tres semanas he estado entrenando muy duro con mi técnico (Sánchez) en Bradenton (Florida) como preparación para el verano de cancha dura en Estados Unidos. Definitivamente ahora estoy lista para regresar a la competencia”, abundó la puertorriqueña.

El verano ha sido de altas y bajas para Puig. Luego de ganar su primer torneo en el circuito de la WTA el 24 de mayo en Estrasburgo, Puig acumuló balance de 1-4 en sus próximos cinco juegos, los últimos cuatro (1-3) en superficie de grama. 

“Jugué algunos partidos difíciles durante la temporada de grama. Lo que definitivamente aprendí es que las diferencias son muy pequeñas en este nivel. Todo se define por algunos puntos aquí y otros puntos allá. Físicamente, el deporte también está cada vez más difícil y he pasado mucho tiempo trabajando en eso también en las pasadas semanas”, compartió Puig. 

El torneo en Stanford es preparatorio para el último “grand slam” del año, el Abierto de Estados Unidos en Nueva York. Dicho torneo está pautado para arrancar el 25 de agosto.