Entre las muchas cosas que ha demostrado Mónica Puig Marchán en el 2013, sobresale el hecho de que la joven boricua no le teme a los grandes escenarios. Todo lo contrario, tal parece que sacan lo mejor en ella.

Desde hoy, Puig buscará rematar un gran año cuando salte a las canchas del Abierto de Estados Unidos en Nueva York, el último grand slam del año. Lo hará ocupando la posición número 44 en el escalafón de la Asociación de Tenis de Mujeres (WTA, por sus siglas en inglés), el lugar más alto de su carrera.

La rival de turno será la rusa Alisa Kleybanova. El partido se jugará en la cancha número 7, tercer turno luego de las 11:00 de la mañana.

Sin embargo, el choque contra Kleybanova luce difícil de predecir. La rusa actualmente ocupa la posición 363 en la WTA. Pero hace apenas dos años fue número 20 en el mundo, antes de que tuviera que poner en pausa su carrera tras ser diagnosticada con linfoma Hodgkin.

Pero ahora, saludable, Kleybanova luce como una rival de cuidado para Puig. Y así lo ha dejado saber el entrenador de la puertorriqueña, Alain de Vos.

“Yo le he dicho (a Mónica) que le juegue como si Kleybanova nunca se hubiera ido, como si estuviera 20 en el mundo, y es lo que se va a hacer mañana (hoy)”, expresó ayer De Vos en entrevista telefónica con Primera Hora desde Nueva York.

“Sé que es una chica que viene de problemas de salud, pero como está compitiendo, sabemos que vendrá al cien por ciento. Así lo vamos a tomar”, añadió.

Puig viene de jugar tres torneos preparatorios antes del Abierto de Estados Unidos. En el último de ellos, en New Haven, cayó en segunda ronda tras alcanzar el cuadro principal a través de las clasificatorias.

“Ya (Mónica) ha tenido suficientes partidos para prepararse para jugar aquí en el Open. Hicimos tres partidos en Cincinnati y cinco en New Haven, que es lo que estábamos buscando. Tampoco queríamos que viniera aquí súper quemada con muchísimos partidos. Está lista”, sostuvo De Vos.

Puig ya ha demostrado que sabe lidiar con la presión de grandes escenarios. Este año disputó sus primeros partidos de un cuadro principal en grand slam y alcanzó la tercera ronda en el Abierto Francés y luego mejoró en Wimbledon, donde captó la atención del tenis mundial con una clasificación a los octavos de final.

De Vos asegura que su pupila, pese a tener ahora una mayor atención sobre ella, mantiene el enfoque.

“Yo creo que eso no está en la cabeza de Mónica. Igual que, por ejemplo, cuando la colocan como primera raqueta latina. No la distraen. Claro, está contenta que está número 44. Pero, al final de cuentas, cuando empiece el partido hay que jugarlo”, sentenció De Vos.