Nueva York — Mónica Puig niega que se inmute con que le pongan la etiqueta de futura estrella. Tampoco se irrita con que su proyección esta temporada se haya atascado.

“El éxito este año no se ha podido conseguir de un golpe”, dijo la puertorriqueña tras superar el lunes la primera ronda del Abierto de Estados Unidos con una victoria 3-6, 6-3, 6-3 sobre la checa Tereza Smitkova, duelo en el que marcó diferencia con quiebres de saque al inicio de los últimos dos parciales.

“No puedo ir tan de prisa. Ha sido un año con muchos sobresaltos, pero ahora mismo todo está volviendo a encajar como debe ser”, aseguró.

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Cerca de cumplir 21 años, Puig forma parte de una camada de jugadoras nacidas después de 1990 que buscan abrirse paso en la élite del tenis femenino.

Es una tenista que ha captado el interés de los patrocinadores. Su imagen está en los carteles de una tarjeta de crédito que tapizan los barandales del paseo de maderos que conduce del tren a las canchas de Flushing Meadows.

El objetivo sería emular pronto a otras que ya han dejado huella, como la checa Petra Kvitova (24), quien cuenta con dos títulos de Wimbledon; la rumana Simona Halep (22), actual número dos del escalafón de la WTA, y la canadiense Eugenie Bouchard (20), única que ha alcanzado las semifinales en los tres torneos grandes de la temporada previos al US Open.

Puig parecía dispararse hacia arriba, cuando en 2013 avanzó a los octavos de final en Wimbledon y la tercera ronda en el Abierto de Francia.

Pero en enero, la eliminación en la segunda ronda en Australia marcó el rumbo de altibajos de este año.

Y eso es lo que ha tenido que aprender esta temporada. De su mejor lugar en el ranking, 41 en mayo, ha descendido al 69 esta semana. De ganar su primer título en la ciudad francesa de Estrasburgo, perdió inmediatamente después en la primera ronda de Roland Garros.

También ha sido una temporada en la que sobre la marcha cambió de entrenador. En mayo, el español Ricardo Sánchez relevó al portugués Antonio Van Grichen.

“Ha sido la mejor influencia de mi carrera”, destacó sobre Sánchez, quien previamente trabajó con Jelena Jankovic, Caroline Wozniacki, Sabine Lisicki y Nadia Petrova.

“Cambié de entrenador y gané mi primer título con él. Obviamente, tengo que ajustar a ser esta jugadora nueva. Estamos cambiando muchas cosas”, subrayó.

Y es ahí donde recalcó la principal enseñanza que Sánchez le ha impartido: mucha más paciencia cuando le toquen los momentos malos.

“Mi carrera es muy larga, no tengo que llegar ahora. Ahora quiero aprender lo más que puedo”, indicó. “Estoy entendiendo muchas cosas, soy un poco más sabia en la cancha”.

Fue lo que resaltó de su partido ante Smitkova, la 89 del mundo que venía de alcanzar tercera ronda en Wimbledon. “Estaba abajo y pude remontar. Tenía más confianza estando abajo”.

Ahora le tocará la alemana Andrea Petkovic, quien también precisó de tres mangas para vencer a la tunecina Ons Jabeur por 7-6 (7), 1-6, 6-3. Puig venció a la 18va cabeza de serie en la ronda de cuartos rumbo a su consagración en Estrasburgo en mayo.

“Será un partido muy apretado, muy duro. Ambas luchamos lo mismo”, dijo Puig.