El mayo 9 del 2009, la vida de Alba Iris Rivera cambió para siempre. 

Ese día, sufrió un accidente en Irak que terminó con su carrera militar, sin embargo, no con su fortaleza de espíritu.

La veterana militar que se retiró de la Reserva del Ejército de Estados Unidos después de 23 años de servicio. 

“El accidente ocurrió durante una actividad en la base”, dijo Rivera, quien sufre de problemas con los discos, tanto de la parte lumbar como de la cervical. 

Rivera alterna el uso de muletas con una silla de ruedas y, a pesar de la condición, participará por quinta vez en la carrera del World’s Best 10K San Juan que será el próximo 26 de febrero. 

“Después de mi accidente mi vida se convirtió en una locura. Tantos años de hacer tanto deporte y, de repente, me vi contra una pared. Al cuarto año de mi accidente conocí a un cuadripléjico y me dijo ‘mientras puedas moverte, muévete’. Eso me movió el piso”, compartió.

Poco a poco, Rivera comenzó el proceso de insertarse nuevamente en los deportes.

“Hice esta carrera del 10K en el 2006 y en el 2007 antes de mi accidente. Después no quería hacer nada hasta que un día comencé a entrenar en una silla vieja, prestada. Hice varias carreras hasta que me dije que tenía que conseguir una silla de carrera y lo hice. No fue fácil. Una vez me fui por un risco con todo y silla, pero tomé muchos consejos de otros atletas”, expresó. 

“Los terapistas me ayudaron mucho en el Hospital de Veteranos. Me enseñaron a hacer otros deportes desde la silla de ruedas, tirar pesas, disco, jabalina, arco y flecha. Era derecha y por el accidente tuve que empezar a usar la mano izquierda. Hice natación adaptada, gimnasia adaptada, de todo”, agregó Rivera.

Este año, en el que se celebra el vigésimo aniversario del World’s Best 10K, el objetivo de Rivera es mejorar su marca

“Es una nueva ruta, es linda, es diferente y lo voy a lograr”, dijo con convicción.

Los atletas con silla de ruedas participan libre de costo y salen de dos a tres minutos antes que el resto de los competidores. Son mayormente varones, explicó Johannaliz Matthew, quien por años ha colaborado con la organización del 10K con los participantes en silla de ruedas.

“Todos los años hay experiencias nuevas y gratificantes”, dijo la maestra de educación física adaptada, quien se encarga del grupo desde el comienzo hasta el final de la carrera.

“Son un grupo hermoso. Casi siempre son los mismos y tienen una dinámica bien linda. Tenemos un guatemalteco que lo ha hecho dos veces, alternando entre muletas y silla de ruedas. Es una experiencia bonita”, concluyó Matthew.