Los fanáticos de los Patriots de Nueva Inglaterra celebraron la milagrosa victoria del pasado domingo en el Super Bowl XLIX sobre los Seahawks de Seattle, 28-24, y aunque los seguidores de los Patriots ciertamente son rabiosos y ruidosos, se puede decir con toda seguridad que nadie celebró el cerrado triunfo con mayor intensidad y emoción que Rob Gronkowski.

El tight end de los Patriots, considerado como uno de los mejores jugadores en su posición en la NFL, ha hecho de todo en lo que va de la semana luego de la victoria del domingo sobre los Seahawks. “Gronk”, apodo utilizado por sus compañeros de equipo y fanáticos, es reconocido por ser un jugador extrovertido y que no tiene reparo alguno en decir lo primero que le venga a la mente.

Durante la fiesta de celebración al concluir el partido, Gronkowski subió a la tarima para bailar mientras el rapero Rick Ross cantaba. Como si fuera poco, Gronkowski realizó una batalla de baile con el dueño de los Patriots, Robert Kraft.

 

Y Gronk no desperdició tiempo alguno para continuar con la celebración de su primer anillo de campeonato en la NFL, pues el lunes viajó a Los Ángeles para participar en el programa de entrevistas de Jimmy Kimmel, llegando al estudio en su Party Bus privado. Durante la entrevista, Gronkowski admitió que sus hermanos y él apenas habían dormido dos horas desde que terminó el desafío.

A preguntas de Kimmel sobre si planificaba dormir una vez terminara la entrevista, Gronkowski reveló que el vuelo de regreso a Boston había sido aplazado para el miércoles. “Así que como el vuelo fue cambiado…. ¡No, no pienso ir a dormir!”, añadió Gronkowski.

 

Acto seguido, Gronkowski hizo honor a sus palabras al apoderarse del club nocturno DBA junto con sus hermanos, de donde salieron varias horas después. Gronk salió rodeado de mujeres y la celebración fue tal que el jugador salió con parte de su pantalón desgarrado.

Gronkowski finalmente durmió unas cuantas horas en el aeropuerto antes del viaje de regreso a Boston, no sin antes escribir en su cuenta de Twitter que aprovecharía para leer unos cuantos capítulos más de una novela erótica. Esas pocas horas de sueño, al parecer, fueron suficientes para revivir a Gronk, pues una fanática publicó una foto del tight end, ataviado con un ridículo sombrero de invierno, tomándose una cerveza de un solo golpe.

Como si fuera poco, Gronkowski organizó un concurso en el cual un fanático podrá disfrutar de una fiesta con el jugador y miembros de su familia en su Party Bus. El dinero recaudado irá para la fundación benéfica Gronk Nation. Curiosamente, uno de los niveles de donativos para el concurso ofrece una cubierta de foam para cervezas que lee “Yo soy fiesta”.