Melbourne, Australia. El serbio Novak Djokovic lució de nuevo como una aplanadora en la cancha y se apoderó por tercera vez seguida del título del Abierto de Australia al imponerse ayer por 6-7 (2), 7-6 (3), 6-3, 6-2 al británico Andy Murray, quien vio rotos sus sueños de ganar su segundo torneo del Grand Slam.

Djokovic, primero del escalafón mundial, es el primer hombre que se corona tres veces seguidas en Melbourne desde que este torneo adoptó la modalidad de abierto.

“Me encanta esta cancha”, afirmó Djokovic. “Es decididamente mi Grand Slam favorito. Siento una sensación increíble de ganar este trofeo una vez más”.

El serbio ha ganado cuatro de sus seis títulos importantes en Melbourne Park, donde ahora está invicto en 21 encuentros.

“Ha sido un partido increíble como esperábamos”, agregó Djokovic. “Cuando nos enfrentamos, nos exigimos uno al otro al límite y en esos dos primeros sets que pasaron las dos horas y 15 minutos solo trataba de resistir. Hice mi juego y me concentré en cada punto”.

“Todos nuestros partidos en los últimos tres años se han decidido con muy pocos puntos, de modo que es difícil decir si hice algo diferente”, continuó el ganador. “Traté de ser más agresivo. Especialmente en el tercer y cuarto sets avancé hacia la red muy seguido”.

Nacidos en mayo de 1987 con una sola semana de diferencia y amigos desde los días en que participaban en el circuito juvenil del tenis, Djokovic y Murray mostraron que se conocen bien en una revancha de la final del Abierto de Estados Unidos del año pasado, conquistada por el escocés. No hubo quiebres de servicio sino hasta el octavo game del tercer set, cuando Djokovic lo logró y se encaminó al triunfo.

En el siguiente game, con el servicio, el serbio Djokovic dejó en cero a su rival y tomó una ventaja de dos sets a uno.

El segundo rompimiento del encuentro también fue obra del serbio, para colocarse arriba por 2-1 en el cuarto set. Un quiebre más puso la situación en 4-1, cuando Murray incurrió en una falta doble en break point.

Djokovic dijo que uno de los momentos decisivos fue cuando se repuso de una desventaja de 0-40 en el segundo game del segundo set y mantuvo su saque. “Él erró un revés fácil y creo que mentalmente me tranquilicé en ese momento”, afirmó. “Empecé a entrar en el ritmo que quería”.

Esta vez, Djokovic no se desgarró la camiseta como lo hizo el año pasado, después de su épica victoria sobre el español Rafael Nadal en cinco horas y 53 minutos. Simplemente bailó un poco, miró al cielo y aplaudió al público tras un esfuerzo de 3:40 horas.

Fue el sexto título de Djokovic en torneos del Grand Slam.

El triunfo de Murray sobre Djokovic en la última final del US Open puso fin a una sequía de 76 años para los tenistas británicos en majors. Murray, de 25 años, ha perdido tres finales del Abierto de Australia en los últimos cuatro años.

La victoria de Djokovic contradijo las estadísticas en las finales recientes aquí. En cuatro de los últimos cinco años, el jugador que ganó su semifinal en segundo término ha ganado el torneo. Pero esta vez, Djokovic jugó su semifinal el jueves, un triunfo fácil de tres sets y 89 minutos contra el cuarto preclasificado, el español David Ferrer. En cambio, Murray necesitó todas sus energías para derrotar el viernes por la noche a Roger Federer, ganador de 17 torneos grandes.

“Uno no se despierta al día siguiente y se siente perfecto, como es evidente”, dijo Murray sobre su encuentro con Federer. “Es probablemente el partido más largo que jugué en seis meses. Pero no influyó hoy. Empecé bien el partido y creo que me moví bien todo el tiempo”.