Minneapolis, Minnesota.— La NFL no había salido de las críticas por su gestión en el caso de violencia doméstica de un jugador importante, cuando le cayó encima otra pesadilla de relaciones públicas: una acusación de abuso de menores contra una de sus principales estrellas.

El running back Adrian Peterson fue acusado en Texas por utilizar una varilla para pegarle a uno de sus hijos.  Los Vikingos de Minnesota de inmediato lo desactivaron para el partido del domingo contra Nueva Inglaterra.

El abogado de Peterson, Rusty Hardin, dijo que el cargo acusa a su cliente de utilizar una varilla para castigar al niño, cuya edad no fue revelada.

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"Adrian es un padre amoroso que utilizó su juicio como padre para castigar a su hijo. Uso el mismo tipo de castigo con su hijo que él experimentó de niño en el este de Texas", dijo Hardin el viernes. "Adrian nunca ha escondido lo que pasó. Ha cooperado con las autoridades y testificó voluntariamente durante varias horas ante el jurado de acusación. Adrian enfrentará los cargos con el mismo respeto y cooperación que ha tenido con esta pesquisa desde el principio. Es importante recordar que nunca tuvo la intención de lastimar a su hijo, y lamenta mucho la lesión no intencional".

Peterson se entregó el sábado por la mañana a la cárcel del condado de Montgomery, cerca de Houston, donde tiene una casa. Fue procesado y liberado, según una funcionaria del registro de la cárcel que rehusó dar su nombre completo, citando la política del departamento.

Cerca de una hora después de informar sobre su conocimiento del incidente, los Vikings dijeron que Peterson estaría en la lista de jugadores inactivos para su partido contra los Patriots, su primer encuentro como locales esta temporada.

El suceso puso sobre la mesa el debate sobre los castigos a menores, pero también se suma al escándalo del ex running back de los Ravens de Baltimore, Ray Rice, quien originalmente fue suspendido por dos partidos por golpear a su entonces prometida y ahora esposa.

La NFL contrató a un ex director del FBI para investigar la gestión de la liga sobre el caso de Rice, quien fue despedido por los Ravens y suspendido indefinidamente después que apareció un video que muestra la brutal escena del golpe en un ascensor de un casino.

El comisionado de la NFL, Roger Goodell, admitió que se equivocó con el castigo original de Rice, y anunció sanciones más severas para los jugadores acusados de violencia doméstica: seis semanas de suspensión por un primer delito, y al menos un año por un segundo.

La liga de fútbol americano también tiene que lidiar con los casos del defensive end de los Panthers, Greg Hardy, y el defensive tackle de los 49ers, Ray McDonald. Ambos están jugando mientras tienen pendientes casos por violencia doméstica. Hardy fue hallado culpable el 15 de julio por pegarle a una mujer y amenazarla, pero apeló la decisión, mientras que la policía de San José sigue investigando un incidente del 31 de agosto en el que está involucrado McDonald.

Goodell envió un memorándum a los 32 quipos en el que dice que habrá sanciones más severas "si hay circunstancias agravantes como la presencia o el uso de armas, estrangulación, numerosos golpes, o cuando el acto se comete contra una mujer embarazada o en la presencia de un niño". No está claro si el caso de Peterson cae bajo alguna de esas circunstancias.

La NFL no respondió el viernes a solicitudes para reaccionar al caso de Peterson, una de las grandes figuras de la liga.

La acusación de abuso de menores es especialmente estremecedora, tomando en cuenta la tragedia que vivió Peterson la temporada pasada.

Poco después de enterarse que tenía un hijo de dos años en Dakota del Sur, Peterson tuvo que ir de emergencia a un hospital en ese estado después que la policía informó que el niño recibió una paliza del novio de la madre. El niño murió, y un hombre de 28 años encara un juicio el próximo mes por asesinato.

Peterson es considerado como el mejor running back en la NFL. Tiene 10.190 yardas por tierra y 86 touchdowns en sus ocho años en la liga, incluyendo una temporada en 2012 en la que acumuló 2.097 yardas, a nueve del récord.