El banquero Richard Carrión ha triunfado en muchos aspectos de su vida, pero ahora se ha propuesto afrontar otro reto, esta vez en el ámbito deportivo y una sin precedentes en el país.

Carrión formalizó hoy su candidatura a la presidencia del Comité Olímpico Internacional (COI), institución a la que pertenece desde 1991 y donde se desempeñó como presidente de la Comisión de Finanzas desde 2002, un puesto de gran responsabilidad en  que negoció los derechos de transmisión de varios Juegos Olímpicos.

Pero ahora, Carrión va tras una de las principales sillas del deporte mundial, ocupada hasta este año por el belga Jacques Rogge. Aspira a uno de los puestos de más influencia en el mundo, más allá del aspecto deportivo.

“Tengo la condición (para ser presidente), en términos de conocimiento. Pero, más importante, creo que estoy comprometido con los valores del movimiento olímpico y eso es lo que me ha  motivado a tomar esta decisión”, expresó  Carrión ayer en videoconferencia desde Nueva York, donde atendía asuntos profesionales.

Carrión se unió al alemán   Thomas Bach y al singapurense  Ng Ser Miang como los tres candidatos confirmados. La fecha límite de postulación es el próximo 10 de junio, y Carrión adelantó que se esperan entre cinco y seis candidatos para las elecciones, que se celebrarán el 10 de septiembre en Buenos Aires, Argentina.

Ayer, Carrión envió a los miembros del COI su plataforma de trabajo y ahora enfrenta  largos meses de cabildeo antes de las elecciones. Pero ya su norte está delineado.

“El movimiento olímpico goza de una gran reputación. Tuvimos  unos Juegos sumamente exitosos en Londres y  la posición financiera está muy buena. Pero son esos momentos en los cuales uno tiene que estar más pendiente”, sostuvo Carrión, natural de San Juan y de 60 años de edad. 

“Tenemos unos retos por delante. El problema de las apuestas ilegales es un problema serio, tan serio como el dopaje, y que pone en tela de juicio el deporte en general. También, la complejidad de los Juegos Olímpicos está haciendo cada vez más difícil que las ciudades puedan montar los Juegos. Hay que atender ese problema”, abundó el banquero al aludir otros problemas que desea enfrentar como la obesidad infantil y el impacto deportivo que podrían tener las presiones económicas. 

Carrión, quien es presidente del Banco Popular de Puerto Rico, dijo que ha discutido su postulación durante un año con la Junta de Directores de la empresa. 

“En el caso de yo salir electo, me mantendría como presidente de la Junta de Directores del Banco Popular y me tendría que mudar a Suiza, donde tendría que pasar la mayor parte del tiempo. Buscaría una persona para principal ejecutivo, y  yo me quedaría como presidente de la Junta de Directores”, explicó.

Por ahora, Carrión reconoce la larga batalla que le espera, y no es para menos, pues una victoria en esta contienda  lo colocaría como uno de los puertorriqueños más influyentes –sino el más influyente– a nivel mundial.

“En esta competencia no hay ni plata ni bronce. Hay solo una medalla de oro. Pueden estar seguros de que yo voy a dar el máximo, siempre estoy consciente de que represento a Puerto Rico”, finalizó Carrión.