Los nuevos uniformes diseñados para Nike han generado malestar entre las jugadoras que los han utilizado durante Wimbledon.

El código de vestimenta para el torneo es sumamente estricto, y requiere un estándar de decencia. Sin embargo, la mega empresa de efectos deportivos ha empujado los códigos al límite de lo permitido.

A simple vista, el uniforme diseñado luce como una camisa moderna que se ajusta a las tendencias de la moda, pero el grave problema es que debido a la brisa y a los movimientos naturales de las jugadoras, quedan expuestas demasiadas áreas del cuerpo.

Incluso, en las redes sociales muchos usuarios se han referido a los uniformes como “camisones”, pues hasta parecen pijamas.

Aunque las jugadores se aferran al estricto código de que todas las piezas de ropa sean blancas, las quejas han salido a flote por la sobre exposición en las canchas.

La alemana Sabine Lisicki dijo que se negó a usar el “vestido” por encontrarlo demasiado revelador. En su lugar, salió a jugar con una falda y una camiseta.

“Me lo probé, pero no me sentía cómoda enseñando demasiado. Para mí, lo importante es sentirme cómoda para no tener que pensar en otra cosa”, dijo Lisicki, finalista en Wimbledon.

Nike auspicia y viste a las principales jugadores del mundo, incluyendo a Serena Williams, ganadora de 21 torneos Grand Slam.

Incluso, trascendió que Williams pidió a Nike modificaciones de última hora tras también estar descontenta con el uniforme. La número uno del mundo salió el martes a la cancha