La noche del 16 de junio de 1988 es mencionado como un desafortunado capítulo en la historia de la lucha libre profesional en Puerto Rico.

Hace 30 años, dentro de uno de los vestidores del estadio Juan Ramón Loubriel de Bayamón, Frank Donald Goodish -mejor conocido como Bruiser Brody- fue apuñalado dos veces, cayó al suelo donde perdió sangre durante aproximadamente 45 minutos antes de recibir asistencia médica. Brody falleció el día siguiente en un hospital debido a que su hígado y, a su vez, el intestino sufrieron severos daños.

Tenía 42 años.

Las circunstancias sobre su muerte tienes varias versiones, según la persona que haga el relato. Algunos de los luchadores que se encontraban en el área han señalado a José Huertas González, alias El Invader 1, como el responsable.

¿Qué sucedió esa noche en Bayamón?

Brody era parte del evento que producía World Wrestling Council (WWC), compañía de Carlitos Colón. Brody era una de las principales atracciones, una de los favoritos del público boricua por pecular personalidad y las guerras que llevó contra Abdullah The Butcher, entre otros. 

Para entonces, Huertas González era el libretista de la compañía. Se encontraba discutiendo las luchas con los participantes antes de arrancar el espectáculo ante miles de personas en el estadio Loubriel.

Según ha relatado Dutch Mantell, tenía un presentimiento de que algo no estaba bien.

“Siempre he tenido la habilidad para sentir tensión dentro del vestidor… y lo sentí bien pesado esa noche”, recordó Mantell durante una entrevista publicada por shootinterviews.com. “Pero no lo podía identificar, no sabía de dónde provenía esa tensión”.

Mantell recordó algunos detalles del incidente.

Huertas González le pidió a Brody que fuera a las duchas para “hablar de negocios”. Sin embargo, la conversación fue escalando de tono. Algunos testigos recuerdan que El Invader tenía una toalla en una de las manos, supuestamente, ocultando un cuchillo.

De repente, el gigantón luchador de seis y ocho pulgadas de estatura cayó al suelo herido. Tony Atlas fue el primero que acudió a la ducha asistir a Brody. Según Atlas, los demás dentro del camerino, incluyendo los estadounidenses, le dieron la espalda al herido colega.

“Cuando los oficiales de la Policía preguntaron qué había sucedido, todos en el vestidor dijeron que no habían visto nada”, recordó Atlas. “Brody tenía dos heridas de ocho pulgadas en el abdomen… su hígado fue cortado en dos pedazos. Los intestinos también”.  

Brody permaneció un largo periodo de tiempo en su suelo antes de que una ambulancia pudiera llegar al lugar. El tránsito y la cantidad de público en las afueras del estadio Loubriel imposibilitaron los accesos de la asistencia médica. Eventualmente, Brody murió por una hemorragia interna y pérdida de sangre.

¿Cuáles fueron los detonantes?

Varios excompañeros luchadores que conocían a Brondy han relatado que, presuntamente, WWC tenía una deuda pendiente que ascendía a $40,000. Su intención era cobrar ese dinero antes de entrar al ring. Eso nunca ha sido corroborado.

Además, existía rivalidad entre Brody y El Invader que tuvo su génesis en 1978 cuando ambos luchaban en Estados Unidos para WWF. Existen versiones de que Brody abusaba física y verbalmente de El Invader, una situación que resentía. Además, pocos meses antes del incidente en Bayamón, Huertas González vivió la pérdida de una hija de dos años, que falleció ahogada en una piscina y algunos de los colegas se habían percatado que estaba desencajado emocionalmente.

Una vez concluyó la cartelera, un puñado de los luchadores fue entrevistado por la Policía y fiscales recopilando información. Huertas González, de hecho, se entregó a las autoridades al día siguiente de la muerte de Brody. Su versión siempre ha sido que actuó en defensa propia. Más allá de eso, Huertas González ha preferido no hablar del incidente.

Los luchadores estadounidenses fueron citados para comparecer como testigos. Sin embargo, la primera vista preliminar fue cancelada y reprogramada para una futura fecha. Uno de los pocos que eventualmente acudió al tribunal fue Savio Vega, quien ofreció su testimonio.

Por razones que no han quedado claras, no se encontró causa para el arresto de Huertas González por la muerte de Brody. Eso generó indignación en la comunidad de la lucha libre profesional, particularmente, entre los estadounidenses porque recibieron las citaciones para comparecer días después de la vista.

Han transcurrido tres décadas desde el suceso y demasiadas preguntas siguen sin respuestas. ¿Qué ocurrió dentro de la ducha que provocó el asalto? ¿Por qué los demás luchadores no ayudaron de Brody ni detuvieron a El Invader? ¿Qué ocurrió con el arma? ¿Por qué las citaciones no fueron entregadas a tiempo?

Esas son solo algunas de las interrogantes que circulan sobre el caso. Tal vez, se sepa toda la verdad.