El sueño de todo atleta es llegar a unos Juegos Olímpicos.  

Para la gimnasta Nicolle Vázquez dicho deseo no es diferente, aunque  ese mismo  deseo personal es motivado por una persona que sacrificó mucho en su vida en pos de que tuviera una carrera productiva en el deporte.

“Mi abuelo siempre ha sido una persona bien activa y él siempre me animaba y quiere ver como uno de sus nietos llegara a las Olimpiadas. Me gustaría llegar porque es una meta mía, pero también me gustaría llegar por él, porque ha dado todo para que esté en el deporte. Ha sacrificado cosas para que yo esté aquí. Cuando empecé en gimnasia estaba conmigo todos los días”, indicó Vázquez en una entrevista reciente con Primera Hora.

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Desde que Vázquez comenzó en la gimnasia, su abuelo materno Diego Avilés Rivera era quien la llevaba a sus entrenamientos junto con la ayuda de su esposa Myrna Lugo López. Y ahora, camino a sus segundos Panamericanos,   Vázquez desea reciprocar toda esa ayuda. 

Vázquez es una de los gimnasta femeninas que dirán presente en los Juegos Panamericanos de Toronto que inician esta semana. Esta edición de la justa será la segunda en su carrera luego de estar en el 2011 en Guadalajara.

La atleta de 20 años competirá en los eventos de salto y piso, en los cuales ha tenido buenos resultados a nivel centroamericano, como la medallas de bronce en piso (Mayagüez 2010) y salto (Veracruz 2014).

Vázquez cuenta con experiencia en el escenario panamericano al ser finalista en Guadalajara 2011, pero con el tiempo que ha pasado se siente más madura para afrontar el reto de Toronto.

“Uno es más consciente del trabajo que hace. En los Panamericanos (2011) tenía 16-17 años, ahora tengo 20. Son cuatro años de diferencia, cuatro años de trabajo, es bastante diferente”, apuntó Vázquez, estudiante de Educación Física de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

Entrenada por un Golden Boy

El proceso de madurez de  Vázquez ha sido bajo la supervisión de su entrenador Reinaldo “Canito” Oquendo, quien fue parte de varios logros de la generación dorada de la gimnasia masculina.

 “Antes éramos compañeros de equipo, ahora es mi entrenador. A veces peleamos mucho, porque tengo un carácter fuerte. Él llegó algo nuevo, y yo fui su primera inquilina”, dijo Vázquez, quien ha absorbido todos los consejos de Oquendo. 

“Nicole es bien inteligente. Tiene una orientación en el aire brutal. Ella me ha enseñado lo que es la gimnasia femenina”, destacó Oquendo, miembro del equipo campeón panamericano de 2007. 

Recientemente, Vázquez tuvo una lesión de tobillo de la cual se pudo recuperar y se cantó lista para competir en Toronto. De igual forma,  reconoce que mucha gente estará pendiente de la actuación de la gimnasia, un deporte del cual el público está pendiente en este tipo de eventos. 

“Voy tranquila, no tengo nada que perder, sino mucho que ganar. Tengo muchas cosas en mente con estos Panamericanos. Quiero que sea una muy buena experiencia para mí, que sea una competencia en la que pueda cumplir todas mis metas y lograr la medalla”, dijo Vázquez, quien compone el equipo boricua junto con Paula Mejías.